Los siete consejos del lobo de Wall Street para los inversores
Jordan Belfort se dedica a dar charlas sobre lo aprendido durante sus años como broker
Jordan Belfort más conocido como el “lobo de Wall Street” puso contra las cuerdas a la SEC estadounidense. Ahora se dedica a dar consejos para invertir.
El bróker creó una empresa fraudulenta que vendía acciones a un centavo. Hasta que se descubrió el embrollo que había creado, ganaba a la semana un millón de dólares.
Aunque él defendía que lo que hizo fue bordear las normativas sobre regulación financiera (algo habitual, pero no legal), finalmente entró en prisión. Allí admitió sus errores.
Ahora, con su experiencia al otro lado de la trinchera, da siete consejos a los inversores para evitar futuros problemas.
1. Tenga cuidado con los operadores sin nombre y de poca monta
Y lo sabe por experiencia. Belfort estafó, al menos, a 1.513 personas con su firma de bolsa Stratton Oakmont, que se convirtió en la mayor empresa de OTC de los Estados Unidos de finales de la década de los 80 y principios de los 90.
Se encargó de la salida a bolsa de Steve Madden, una empresa de zapatos, sin que se hubiera supervisado los precios y la actividad comercial.
Además, se encargaba de inflar, mediante valoraciones positivas, empresas de pequeña capitalización para venderlas a inversores a precios más altos.
Según Belfort “hay profesionales serios entre los más pequeños, así como hay manzanas podridas incluso en empresas con una gran tradición, pero confiar en alguien que no tiene trayectoria profesional o que no conoces bien es un gran riesgo a correr”.
2. No se detenga en sus propias referencias
Si decide trabajar con un corredor o consultor poco conocido, al menos debe estar seguro de que puede confiar en quién administrará su dinero.
Por lo que Belfort recomienda siempre acudir a referencias independientes.
3. La información sobre la empresa debe ser sólida y clara
Antes de tomar una decisión, siempre es bueno investigar un poco.
Los asesores de buena reputación no tienen problema en publicar sus informes, mientras que los asesores que sólo venden sus rendimientos obtenidos sin explicar el proceso que les ha llevado a ello (selección de empresas, posicionamiento, tipo de gestión) son ya sospechosos.
4. Ética: una vez perdida, desaparecida para siempre
Cuando se trata de dinero, no hay nada intermedio.
Si pasa el límite una vez, no hay vuelta atrás. “No comencé éticamente en bancarrota. Vendí mi alma poco a poco. Crucé al lado oscuro a través de una serie de pequeños pasos imperceptibles”, dice Belfort en su autobiografía.
5. Tenga cuidado con los "grupos exclusivos"
La técnica más antigua del mundo es adular: “Mis clientes son exclusivos, pero tú puedes ser parte de ellos”. Bernard Madoff, que recientemente murió en la cárcel, hizo exactamente eso.
El inversor desarrolló un sistema Ponzi, es decir, acaparaba inversiones a cambio de grandes ganancias. A través de él, Madoff logró una fortuna de 650 millones de dólares, y vivía en mansiones de 8 millones de dólares, una de ellas, situada en New York.
6. Si parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea
Todo el mundo busca la forma más fácil y rápida de alcanzar su objetivo, y las finanzas no son una excepción.
Cuando alguien le ofrece un método o condiciones que son demasiado buenos para ser verdad, debe hacerse el doble de preguntas e investigar el doble.
De nuevo, Belfort hace alusión a los retornos ofrecidos por Madoff durante años.
7. Los reguladores tienen sus límites
Belfort reconoce ahora el papel de los reguladores, pero también admite que hay pequeños resquicios de legalidad donde “otros lobos” pueden colarse.
Por lo tanto, el inversor no puede confiar ciegamente en ellos y que serán capaces de controlar al mercado.
Esta tarea depende principalmente de los inversores sobre los operadores que trabajan.
Belfort en su biografía recuerda que cuando se produjo la inspección de la SEC, mandaban equipos sin la suficiente formación y él, a la hora de mostrar sus actividades, hacía que parecieran que eran legales.