Nick Clay: «La bolsa debería caer un cincuenta por ciento para reflejar la situación económica»
Este especialista apuesta por compañías de dividendo estable para sobrellevar un entorno bursátil que, a su juicio, va a empeorar.
Pese a su negativa visión económica, Clay muestra confianza en su estrategia de compañías fuertes y dividendos para capear el temporal.
¿Es usted uno de los gestores que augura una recesión global?Si miras el mundo en dólares o la evolución de las manufacturas, ya estamos en recesión. Acumulamos dos trimestres de crecimiento negativo. Se podría debatir si estamos en recesión o no, pero no hay duda de que estamos en una ralentización. Esto se debe al cambio de modelo en China y también a las políticas de los bancos centrales de los últimos siete años, que han creado un mundo de abundancia de capital y de capacidad, que ha llevado a un crecimiento mucho más lento y a un entorno deflacionario. Si a eso le unes el envejecimiento de la población, nos enfrentamos a un crecimiento mucho más lento durante los próximos años, con importantes implicaciones para las compañías.
Entonces, ¿cree que el mercado ha acertado cotizando la recesión?Los mercados aún no han puesto en precio la recesión. Desde 2009, han subido un 50 por ciento con la esperanza de una recuperación económica que no acaba de llegar, mientras que los beneficios empresariales no han subido en este tiempo. Así que, para volver a las valoraciones de 2009, la bolsa debería caer un 50 por ciento. El 8 por ciento de caída que hemos visto desde los máximos en ningún caso refleja fielmente las preocupaciones económicas. Muchas pruebas demuestran que las valoraciones aún son demasiado elevadas en los mercados. El crecimiento de los beneficios en Estados Unidos es de los peores del mundo. Y los intereses de la deuda están bajando, una señal de que la economía ya ha empezado a ralentizarse. Y si la FED sube los tipos, va a acentuar aún más la ralentización. Así que, obviamente, no va a subir más los tipos de interés este año.
¿Qué pueden hacer los inversores para enfrentarse al escenario tan terrorífico que acaba de dibujar?Lo puedes llamar terrorífico o realista. Es importante entender esto porque, en los últimos años, nos hemos acostumbrado a que los banqueros centrales nos digan que todo va a ir bien y, de este modo, nos han impulsado a adoptar riesgos en nuestra estrategia de inversión. Con los tipos de interés tan bajos, nos han obligado a adoptar riesgos en busca de rentabilidad. Pero si adoptas una visión más realista de lo que pasa en el mundo, inviertes en compañías como las que tenemos en cartera, que son mucho más robustas y predecibles, que operan en mercados con fuertes barreras de entrada, que reparten dividendos y que no dependen de la recuperación económica. Ese tipo de compañías están arrojando buenos resultados y están en mejor posición para capear la volatilidad que creemos que va a continuar en el futuro. Está probado (así ha sido en los últimos 7 años), que este tipo de carteras pueden comportarse bien también en mercados bajistas.
¿No sería mejor salir del mercado en este escenario?Eso sería como asumir que los bancos centrales no van a actuar y lo más probable es que actúen de alguna manera, lo que estimulará a los mercados. Más allá de eso, cuando te enfrentas a un entorno volátil con escasas rentabilidades, tienes dos opciones: puedes tratar de comprar cuando el mercado sube y vender cuando baja, pero es muy difícil saber cuándo ha tocado fondo o techo, porque no tiene nada que ver con los fundamentales sino con las políticas de los bancos centrales. O bien, puedes adoptar un enfoque más realista, que es generar retornos menos volátiles, invirtiendo en estas empresas con dividendos. Eso tiene una consecuencia y es que, cuando el mercado sube mucho, te pierdes parte de la subida. El año 2013 fue un buen ejemplo: el fondo en libras subió un 14 por ciento, mientras que el mercado subió un 22. Pero, cuando los mercados caen, como este año, el fondo ha caído un 1 por ciento, mientras que el mercado ha caído un 8. En un entorno de volatilidad, tienes que fijarte en activos que generen ingresos en el largo plazo. Y, en el largo plazo, desde 1970 a 2014, los dividendos han supuesto el mismo retorno o más que las subidas de la bolsa. Con el aliciente de que los dividendos no suben y bajan como la bolsa.
En España, la rentabilidad por dividendo ha subido mucho con las caídas de la bolsa, ¿ve oportunidades?Desafortunadamente, no. La historia demuestra que, cuanto más alto es el dividendo, más probable es que se recorte. Empresas como Repsol tienen una elevada rentabilidad por dividendo por un motivo; porque hay algo malo en la compañía. El mercado te está diciendo que no vas a ingresar ese dividendo. Si tomas el índice de los dividendos, el MSCI World high dividend yielding index, el retorno del índice es peor que el del mercado global en los últimos diez años y es más volátil y arriesgado. Eso es porque, en 2007, todos los bancos estaban entre esas compañías que pagaban más dividendos y ya sabemos lo que les pasó un año después. Ahora, todas las petroleras y mineras están en este índice y todas están recortando sus dividendos.
¿Hay riesgo de recorte de dividendos en el momento actual? Sí, por todos lados. Particularmente en el área de materias primas y energía. Algunos mercados como el británico y el americano sufrirán por esto. También algunas compañías industriales y las expuestas a países con dificultades como los emergentes. Hay que ser muy selectivo.
Y usted, ¿por qué ha seleccionado las 3 principales posiciones del fondo?Philip Morris y Reynolds American son tabacaleras que tienen la capacidad de fijar precios, algo muy atractivo en un mundo deflacionista. Además, la gente no deja de fumar dependiendo de la crisis económica. Por su parte, Microsoft es una compañía de tecnología madura y muy estable. Genera los beneficios a través de la venta de software a empresas, que difícilmente van a cambiar de proveedor. Obtiene un 40 por ciento de beneficios de ese tipo de clientes. En el pasado, malgastó ese dinero tratando de competir con empresas como Apple y en el mercado del consumo privado. Pero se fue Bill Gates, cambió la gestión, y ahora el dinero que se hace de ese negocio va a los accionistas a través de dividendos y recompra de acciones. Y eso la convierte en una inversión mucho más atractiva.