¿Perdurará la ya larga fortaleza emergente?
El crecimiento global, la subida del precio de las materias primas, los buenos datos de China y la debilidad del dólar justifican la confianza de los inversores en estas economías. Los expertos confían en que seguirán haciéndolo bien, pero señalan riesgos económicos y también políticos, por la apretada agenda electoral.
Las bolsas han comenzado muy bien el año y, entre ellas, destacan las emergentes. El 22 de enero cumplían siete sesiones seguidas al alza, su mejor racha desde julio. Además, en lo que llevábamos de 2018 hasta esa fecha, sólo en cuatro sesiones había sufrido descensos, el mayor de los cuales apenas superó el medio punto porcentual. Esto, si lo medimos con el MSCI Emerging Markets. La potencia de los mercados emergentes y el apetito por sus activos también son las ideas que se desprenden del hecho de que ya son 22 las semanas consecutivas de entradas netas de flujos en los fondos cotizados (ETF's) que tienen como subyacentes acciones o bonos de países en desarrollo. En total, 23.000 millones de dólares han inundado estos activos.
Otro dato: el mercado bursátil brasileño se encuentra en máximos históricos, impulsado por la confirmación de la condena a Lula da Silva, lo que podría apartarle de la carrera electoral.
¿Está justificado este buen hacer de los países de América Latina, de Asia o de Europa del Este? Phillipp Lisibach, de Credit Suisse IWM, enumera varios factores: las positivas consecuencias que la fortaleza global tiene en los países emergentes, el comportamiento de los precios de las materias primas, que beneficia a sus exportadores y que típicamente se encuentran entre estas economías, así como la debilidad del dólar. Además de factores exógenos, Lisibach menciona otros internos de estos países: «Muchos emergentes han visto significativos incrementos en el crecimiento del PIB real y en la capacidad de generación de beneficios de sus empresas».
Todo ello, como señala Didac Pérez, de Caja Ingenieros, porque tanto gobiernos como compañías han dado un paso al frente para tratar de solucionar problemas estructurales con reformas y planes de negocio centrados en mejorar la sostenibilidad de sus crecimientos a largo plazo. Así, los Estados están mejorando sus posiciones por cuenta corriente y las compañías, los retornos sobre el capital invertido.
¿Y a partir de ahora?
Ahora la cuestión está en averiguar si la buena marcha de estos mercados puede continuar teniendo en cuenta no sólo que el año ha comenzado muy fuerte, sino también que en los dos últimos ejercicios su rendimiento ha sido de un 82 por ciento. Byron Wien, de Blackstone Group, dice que con unos crecimientos de los beneficios superiores a los de los países desarrollados y unos ratios más bajos, las acciones emergentes constituyen la mejor apuesta.
Asimismo, Lisibach añade que, a pesar de la fuerte subida de estos mercados en 2017, las valoraciones son atractivas, con un per (precio entre beneficio) a doce meses vista en las 12,7 veces. Así, Lisibach, atribuye el importante rendimiento de las acciones emergentes en 2017 a la mejora de los fundamentales, resultados empresariales incluidos: después de cinco años y medio de recesión de beneficios corporativos, deberían continuar mejorando (se espera para 2018 un avance del 13 por ciento) y ser fuente de futuros retornos.
Didac Pérez destaca que tomando como referencia el per de Shiller, las acciones emergentes cotizan con un descuento de más del 40 por ciento respecto a Europa y de más del 50 por ciento en comparación con Estados Unidos. Y añade como catalizador que este activo esté infraponderado en las carteras de los inversores institucionales. Hay margen para seguir al alza.
Riesgos económicos
Pero hay riesgos por delante. Por ejemplo, Rahul Chadha, director de inversiones de Mirae Asset, apunta que las subidas de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal norteamericana pueden provocar volatilidad de corto plazo, aunque matiza que ahora las economías emergentes son menos vulnerables a unos tipos más altos en EE.UU. por las mejoras que mencionaba Pérez respecto a las balanzas por cuenta corriente de los Estados, lo que les hace menos sensibles a las variaciones del dólar. Aunque, como apunta Lisibach, las subidas de los intereses y la apreciación del dólar aún se entienden como negativas y, por tanto, como elementos de riesgo para los activos emergentes.
Asimismo, Win-Hel Pals, de Robeco, apunta otros riesgos, como la evolución del precio del petróleo, así como un posible aterrizaje forzoso de la economía china. Aunque, respecto a ésta, señala que las últimas noticias no son malas, con un PIB sorprendiendo al alza y sin signos de inflación, y con un sesgo de las autoridades chinas a favor de la calidad del crecimiento por encima de su cantidad. Bien es verdad que prevé una desaceleración lenta en el gigante asiático. Didac Pérez, que apunta el carácter sistémico del riesgo chino, añade: «Si bien nuestro escenario central se construye sobre la base de que continuarán navegando de forma exitosa, no es descartable que aparezcan sustos por el camino, debido a que su economía todavía tiene retos a los que enfrentarse y problemas que solucionar».
Riesgos políticos
Pedro Lacambra, de Ibercaja Gestión, señala que si bien hay que seguir vigilando cuestiones económicas como la inflación, los tipos de interés o las materias primas, este año es obligatorio atender a los riesgos políticos, dados los al menos tres procesos electorales importantísimos que se desarrollarán en Brasil y en México, así como en Rusia.
Ante esos eventos y por lo mucho que han subido los mercados latinoamericanos, Lacambra señala que pasaría de sobreponderar este submercado emergente a colocarlo en neutral, deshaciendo posiciones, recogiendo parte de los beneficios, esperando que pasaran las citas electorales, es decir, los dos focos de volatilidad que pueda haber, a principios de julio, en México, y en octubre, en Brasil. De acuerdo con Lisibach, los resultados de los comicios pueden alterar de manera significativa la acción política y crear volatilidad.
Lacambra afirma que esos episodios de volatilidad pueden convertirse en oportunidades de compra si la macroeconomía y los resultados empresariales continúan creciendo.
Lisibach apunta más riesgos políticos, como las incertidumbres alrededor del libre comercio, con la actual negociación sobre el NAFTA, bien es verdad que el mundo emergente está virando hacia un crecimiento más dirigido por el consumo interno y menos por las exportaciones y la industria. Y no hay que olvidar las tensiones que se mantienen entre Estados Unidos y Corea del Norte, así como las sempiternas de Oriente Medio.
Países atractivos
Entonces, ¿por qué países emergentes apuestan los analistas y los gestores? Lacambra se inclina por Asia y, en particular, por compañías con valoraciones atractivas de sectores ligados al envejecimiento de la población o al crecimiento de las clases medias.
Rahul Chadha también confía en el buen hacer de los mercados asiáticos, por la sostenibilidad del crecimiento, que se alimentará del repunte de la inversión empresarial y de la productividad. En particular sobre China, Chadha apunta que, si bien el retorno de sus acciones se moderará respecto al año pasado, cuando este mercado ganó un 53 por ciento, superando a sus comparables, hay factores que seguirán apoyando su buen comportamiento, como el aumento de la entrada de dinero de los inversores globales, que están revirtiendo una infraponderación que se encontraba en máximos históricos.
Además, Chadha apuesta por los exportadores coreanos, que se benefician de la fuerte demanda extranjera.
Por Corea (del que destaca la importante mejora en el gobierno corporativo, con mayor pago de dividendos y recompras de acciones) y por China también se inclina Win-Hein Pals. Además, por India, debido a la agenda de reformas a largo plazo que está acometiendo el primer ministro Modi. «Y también esperamos que los beneficios se recuperen de los vientos en contra causados por la introducción del impuesto sobre bienes y servicios en julio de 2017», señala Win-Hein Pals, que añade dos países latinoamericanos: Argentina y Perú.
Sobre India insiste Didac Pérez. Cree que el consenso consenso continuará favoreciendo a los países cuyos gobiernos están liderando el cambio hacia economías más sostenibles a través de la implantación de reformas estructurales, entre los que destaca este país, que muestra una gran determinación en la introducción de medidas como el impuesto que ya hemos mencionado o la recapitalización del sector bancario, que si bien lastran el crecimiento a corto plazo, aseguran una mayor sostenibilidad en el crecimiento futuro. En la misma línea estarían, en su opinión, China o Argentina.
A ello Didac añade que ve oportunidades desde el punto de vista de la selección de compañías en una gran variedad de países, que van desde los más favorecidos por los inversores, como India y el sureste asiático, como los más olvidados, como México, Suráfrica o Rusia.
Si Lisibach destaca de Corea del Sur que sigue atractivo por valoración, con un per a doce meses de 8,7 veces, pese a su fuerte rally, confiesa que su región favorita es EEMEA (Europa, Oriente Medio y África, por sus siglas en inglés). En particular, mantiene una visión positiva sobre Turquía y sobre Polonia. Sobre el primero, porque muestra un buen momento macro y de crecimiento de beneficios, además de valoraciones atractivas que ya recogen la incertidumbre derivada de su situación interna. En cuanto a Polonia, se seguirá beneficiando de la recuperación de la zona euro, lo que acelerará su crecimiento del PIB hasta el 4,7 por ciento este año, con una inflación baja y atractiva política monetaria, lo que favorecerá la evolución de sus resultados empresariales.
¿Qué hacer con la renta fija?
Ante el nulo rendimiento y el elevado riesgo de la deuda de los países desarrollados, la de los países emergentes sigue siendo una opción atractiva. Pero como no se espera que proporcione los rendimientos del pasado ejercicio (ganó un 14 por ciento la renta fija en moneda local y un 8 por ciento la emitida en divisa fuerte), se impone la selección.
Pimco, por ejemplo, apuesta por el crédito de Indonesia, Argentina y Ucrania. BlackRock destaca que en Asia hay oportunidades por los cupones existentes y para operaciones de carry y señala que la deuda de Oriente Medio cobra atractivo por el repunte del precio del petróleo. T Rowe Price, pese a que considera que la mayor parte de los grandes mercados están ya bien valorados, favorece ideas tales como Argentina, Brasil, Sudáfrica, Ghana, Serbia o Sri Lanka.
Los expertos de BNP Paribas AM creen que las valoraciones de las emisiones en dólares están ya caras y que las realizadas en moneda local lo seguirán haciendo mejor.