Pocos y discretos refugios financieros contra la crisis turca
El oro no está funcionando como refugio para el dinero miedoso, pero sí algunas divisas, como el yen japonés, así como los bonos americanos y alemanes. Además, la Bolsa americana cae menos que la europea y algunas acciones del Ibex-35 están aguantando.
El terremoto generado por la depreciación de la lira turca y la incapacidad del Gobierno del país para atajar la sangría está teniendo impacto en todos los mercados. Conviene precisar, de todos modos, que está dejando víctimas especialmente en los activos emergentes, en la banca del Viejo Continente y en el euro. En este panorama de mala evolución generalizada, hay un puñado de valores que se puede decir que están actuando como discreto refugio.
La intuición podría llevarnos a pensar que el oro es uno de ellos. Pero en realidad en esta ocasión no está haciendo valer su carácter de preservador de capital, de seguro contra las turbulencias que se viven en los activos de riesgo. De hecho, ayer mismo el precio de la onza perdía la psicológica cota de los 1.200 dólares, un nivel, como destaca Aitor Méndez, de IG, sobre el que venía moviéndose en los últimos quince meses. El valor del metal precioso lleva ya cinco meses seguidos de caídas, con lo que el descenso acumulado es ya de un 11%. Y ni una crisis que recuerda a las asiáticas de finales de los noventa ha logrado cortar esa tendencia.
De acuerdo con Nitesh Shah, de Wisdom Tree, el oro no siempre reacciona rápidamente en tiempos de estrés. Así, en el mes de diciembre de 2001, coincidiendo con la crisis argentina, el impago y el corralito, el oro sólo subió un 1%, pero en la primera mitad de 2002, la onza se revalorizó un 15% alimentada por las ramificaciones del "efecto tango" y por la crisis "puntocom". "Esto indica que incluso con una crisis avanzada no es demasiado tarde para construir una protección", asegura Shah. El oro podría reaccionar con un poco de retardo.
Pero este experto también señala que hay factores de la crisis turca que pueden explicar por qué el oro no sólo no ha subido, sino que ha bajado en los últimos días. El banco central del país euroasiático fue en 2017 el mayor acumulador de este metal precioso por detrás del ruso (si sumáramos las compras de las entidades financieras privadas, Turquía sería el mayor comprador de onzas del mundo). Ahora, para defender a su moneda, podría vender sus reservas, lo que puede ser percibido como un factor bajista por parte de la comunidad inversora. Es el potencial riesgo de venta de reservas lo que está pesando, entonces, sobre el precio del oro. Aunque Shah opina que ello puede tener efecto sólo a corto plazo, por lo que se estaría gestando una oportunidad de compra.
Para Méndez habría otro factor más a tener en cuenta: la apreciación del billete verde, que ha escalado hasta máximos de más de un año, lo que, como comenta, "penaliza también la cotización del metal precioso y al resto de materias primas, al estar los contratos de futuros normalmente nominados en esta divisa". Efectivamente, los inversores, en lo que al oro se refiere, parecen estar fijándose más en las próximas subidas de los tipos de interés que en la potencial crisis financiera que puede estar gestando Turquía.
Entonces, ¿qué está actuando como refugio en lugar del oro? Muy poca cosa. El contagio está siendo muy extendido y lo que no cae sube, en realidad, poco.
Los refugios que sí funcionan
En el mercado de divisas, en primer lugar nos encontramos con el yen que, contra el euro gana un 1,56% desde el pasado jueves, es decir, desde la jornada anterior a que saltara la crisis turca. A continuación, el dólar y el franco suizo, que se han apreciado alrededor de un 1,20% frente a la divisa comunitaria en las dos últimas sesiones.
En realidad, el euro ha perdido terreno con respecto a todas las monedas del G-10 en los dos últimos días con la sola excepción de la corona sueca y del dólar australiano. La divisa comunitaria está siendo uno de los activos más vulnerable a la crisis turca, aunque ayer logró mantener el tipo y el nivel de 1,14 contra el dólar.
En el mercado de deuda, el bono americano y el alemán están atrayendo dinero, pero con mucha modestia y sobre todo el viernes; ayer mucho menos. Así, la rentabilidad del bono americano a diez años, que rondaba la semana pasada el 2,96-2,97%, ayer terminó la jornada en el entorno del 2,87%. El bono alemán, mientras tanto, que llegó a marcar la semana pasada el 0,40%, ayer cerró en el 0,31%. Ha bajado el rendimiento de estos dos títulos porque los inversores han comprado y el precio de los bonos ha subido (en el mercado de deuda, rentabilidad y precio tienen una relación inversa).
Pero los inversores no están entrando en la deuda de la periferia europea. Al contrario: están vendiendo. Y ello está llevando a incrementos de los intereses de los títulos de deuda. Especialmente en Italia, donde el rendimiento del diez años, que el viernes se encontraba en el 2,90%, ha vuelto al 3,10%, un nivel que ya se acerca al que alcanzó coincidiendo con la tumultuosa formación de Gobierno en el país.
Las Bolsas están cayendo de manera generalizada. Pero sí es verdad que hay algunas que menos. Por ejemplo, el S&P 500 en las dos últimas sesiones acumula un recorte del 0,85% y el Nasdaq 100, del 0,75%. Sin embargo, el Ibex-35 pierde un 2,30% y el Dax alemán, un 2,50%.
También estamos viendo valores que están mostrando una mayor resistencia. En líneas generales, los de tinte más defensivo. En el Ibex-35 hay cinco compañías que aguantan en positivo el balance de estas dos últimas jornadas: Amadeus, Dia, Acerinox, Colonial y Endesa. Y con pérdidas de alrededor de medio punto porcentual se encuentran Viscofán, Naturgy, Inditex e Iberdrola.
Ello contrasta con el descenso de más del 8% que acumula BBVA en sólo dos días o el de más del 5% que sufren tanto Sabadell como Santander.
También le puede interesar:
- Efectos colaterales de la crisis turca: la banca, el euro y los mercados emergentes