Tres oportunidades de inversión para 2019

El ejercicio que viene supondrá un reto para los inversores. Pero siempre es posible encontrar activos que ofrezcan rentabilidad. Explicamos las apuestas en este sentido de la compañía americana BNY Mellon IM

A medida que se va acercando el final del año, las gestoras de fondos van comunicando sus perspectivas económicas y apuestas para el ejercicio que viene. Una de las primeras en hacer pública su estrategia para 2019 ha sido BNY Mellon. Su director general para Iberia y Latinoamérica, Sasha Evers, explicó recientemente cuáles son las apuestas de la compañía americana para los próximos meses.

Principalmente, BNY Mellon ve tres activos ganadores durante el próximo año. El primero de ellos es la renta variable japonesa, "la eterna promesa de los inversores", según recordó Evers, que esperó que en esta ocasión no decepcione. Para BNY Mellon, varios son los motivos que convierten a Japón en "una oportunidad única". Para empezar, que ha pasado de un largo periodo de contracción del PIB a una fase de expansión. "Ahora que vuelve a crecer la parte interna de la economía, que representa más del 80% del PIB, han aumentado considerablemente las oportunidades de inversión".

Además, Japón es una buena clase de activo en términos de diversificación, pues tiene poca correlación con otros mercados; algo especialmente interesante si se produce la temida corrección que los expertos más agoreros anticipan para 2019.

Pero, además, las valoraciones del mercado japonés son atractivas en términos relativos y "los inversores globales siguen infraponderados", con lo que hay espacio para la subida, según explica Evers.

Por último, Japón goza en el momento actual de una situación política muy estable gracias a que el primer ministro, Shinzo Abe, acaba de ser confirmado para otros dos años en el puesto.

En cuanto a activos concretos, Evers explicó que su compañía prefiere las compañías pequeñas y de servicios, orientadas a la economía doméstica, que es la que lo está haciendo bien. Es una manera de aislarse si se agrava la guerra comercial o hay una recesión.

La segunda gran apuesta de la casa americana son los mercados emergentes, tanto a través de renta variable como de renta fija. Estos activos han sufrido un castigo muy importante y ahora están "en valoraciones atractivas", según Evers. Además, son países que siguen presentando niveles de crecimiento económico "muy interesantes", pese a las turbulencias, y cuentan con otras ventajas como que "los déficits por cuenta corriente de los países más frágiles mejoran, en general"; que la caída de las divisas les otorga "una ventaja competitiva que ayuda a su crecimiento"; y que presentan cifras de inflación "más controladas" que cuando se produjo el shock de 2013. "Son países que han hecho esfuerzos por controlar la inflación, los déficits por cuenta corriente, etc.", aseveró Evers.

"Desde nuestro punto de vista, los fundamentales son atractivos. La dificultad es saber cuándo empezarán a repuntar. Pero, de cara al medio o largo plazo, son una buena idea. Si el dólar sube otro 10%, van a seguir sufriendo. Pero no es nuestro pronóstico. Sobre todo, nos gusta la renta fija. Pero muchos de estos argumentos se aplican a la renta variable, también", dijo a este respecto Sasha Evers, quien recordó que, en todo caso, se trata de una apuesta para inversores con apetito para el riesgo.

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Por último, la tercera apuesta de inversión de BNY Mellon son los bonos high yield (alto rendimiento) de corto plazo. Esta apuesta se enmarca en un contexto de la renta fija de los mercados desarrollados en el que cuesta encontrar valor, sobre todo para carteras conservadoras y moderadas, en las que tradicionalmente la renta fija ha actuado como colchón (especialmente en los fondos mixtos). ¿Dónde refugiarse y cómo diversificar en este contexto de subidas de tipos?, se preguntó retóricamente Evers. Pues bien, la respuesta de BNY Mellon a este entorno son los bonos high yield, que "presentan niveles bajísimos de impago" y que tienen menor correlación con las subidas de tipos.

En todo caso, Evers apuestó por la prudencia con este activo, dejando de lado sectores vulnerables a la disrupción digital como los medios de comunicación o las compañías de venta al por menor. En cuanto a los plazos, BNY Mellon apuesta por vencimientos cortos porque hay más visibilidad. "Con ver que la empresa tenga cash flow te vale", explicó Evers.

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