Último día para cobrar el dividendo de BBVA 

Los accionistas de BBVA recibirán el próximo 11 de octubre un dividendo en efectivo de 16 euros brutos por acción (0,1296 euros netos, si se descuenta la retención del 19 por ciento). 

Si bien, este viernes es el último día para comprar acciones de BBVA con derecho al cobro de este dividendo, pues el lunes los títulos ya cotizarán ex dividendo. 

Se trata de una remuneración bastante atractiva que, en su conjunto, alcanzará los 945 millones de euros.

BBVA eleva su dividendo

De hecho, esos 16 céntimos que se pagarán a cuenta de los resultados del ejercicio 2023 superan los 12 céntimos por acción pagados en octubre de 2022, lo que supone un 33 por ciento más. 

Así las cosas, el ‘payout’ de BBVA se sitúa entre el 40 y el 50 por ciento del beneficio.  

Es decir, que entre el 40 y el 50 por ciento del beneficio generado por el banco en un ejercicio se destina al pago de dividendos en efectivo, que se pueden combinar con recompras de acciones, otra manera de retribuir a los accionistas a través de la revalorización de la acción. 

Recompras de acciones, otra remuneración al accionista

De hecho, el pasado lunes, la entidad inició su último programa de recompra de acciones, una iniciativa que se eleva a los 1.000 millones de euros, después de que el Banco Central Europeo autorizase la operación. 

“BBVA ha hecho recompras extraordinarias de acciones en los últimos años. Así, desde 2021 BBVA ha repartido a sus accionistas 8.200 millones de euros entre dividendos y recompras de acciones. Si a esto se le suma este dividendo a cuenta de 2023, la cifra ascendería a más de 9.000 millones de euros repartidos entre sus accionistas en el periodo”, ha defendido recientemente la entidad. 

Pero, además, BBVA cuenta ahora mismo con el favor del mercado, como demuestra la revalorización de 33 por ciento que suman actualmente los títulos del banco presidido por Carlos Torres Vila este 2023 (un porcentaje que asciende al 60 por ciento en los últimos 12 meses). 

Sin duda, el cambio de la política monetaria del Banco Central Europeo para embridar la inflación es uno de los grandes responsables de la buena marcha de la entidad en los últimos meses, al mejorar las perspectivas del negocio bancario.