¿Valdrán para algo los esfuerzos del fin de semana?
La cuestión en el inicio de la semana es comprobar si los esfuerzos realizados el viernes, sábado y domingo por[…]
La cuestión en el inicio de la semana es comprobar si los esfuerzos realizados el viernes, sábado y domingo por el Banco de España, el ministerio de Economía y el propio presidente del Gobierno para transmitir calma, se los creen los mercados. El verdadero asunto es si, a estas alturas, basta con reunirse con los grandes empresarios del país, anunciar mayor transparencia en el futuro de bancos y cajas de ahorros a propósitos de sus activos inmobiliarios y conminar a las cajas de ahorros a que impulsen sus procesos de integración.
Lo malo es que los posibles acuerdos con las grandes empresas españolas sólo mostrarán sus efectos dentro de seis meses; la mayor transparencia de las entidades financieras se producirá a finales del primer trimestre del año que viene y sólo se sabrá si las cajas cumplen su asignatura ahora pendiente el día de Nochebuena. Y algo indica que entre quienes deciden si apostar o no por las empresas españolas o por la deuda de nuestro Reino, existe una cierta ansiedad, algo más que nerviosismo, que sólo se puede calmar con medidas inmediatas, tal vez imposibles.
Lo que es cierto es que, a diferencia de lo ocurrido con la crisis griega y que desembocó en aquel fin de semana de principios de mayo, que muchos querrían olvidar para siempre, ahora las autoridades económicas españolas han aprendido la lección y se han movilizado en todos los frentes, incluyendo el de la opinión pública, otra veces ignorada en beneficio de foros más selectos y, aparentemente, más decisivos.
A estas alturas, poco más cabe hacer. El mercado emitirá su juicio a partir del lunes y considerará también los riesgos en los que se encuentra inmerso Portugal para aplicarle su cuota parte a España. La semana que se inicia es decisiva para todos: el ciudadano europeo, el español, el ahorrador, el trabajador, el pensionista, el funcionario, el portugués, el alemán, el francés, el irlandés...