El riesgo de que los inversores se automediquen

El incierto momento del mercado puede empujar a numerosos inversores a seguir un tratamiento por su cuenta que rompa con su estrategia

Las acciones bursátiles siguen bajo presión mientras aumentan las preocupaciones por el crecimiento económico en Estados Unidos por la insistencia de Trump en su política arancelaria. 

Hasta el propio presidente estadounidense ha reconocido que la economía americana se enfrenta a un periodo de transición, lo que ha disparado el nerviosismo en los mercados. 

Con la volatilidad instalada en las bolsas desde que Trump asumió el poder y las acciones cediendo buena parte de las ganancias obtenidas desde el arranque del ejercicio, aumenta el riesgo de que los inversores busquen una solución a sus problemas automedicándose, con unas consecuencias desastrosas. 

En estos momentos inciertos de mercado, el riesgo de precipitarse en la toma de decisiones crece. También, el de tomar la iniciativa en solitario y autoimponerse un tratamiento que con casi toda seguridad no ayudará a recuperarnos. 

El asesor financiero es el médico de cabecera

En los casos en que nuestra salud financiera corre peligro, hay que acudir urgentemente a nuestro médico de cabecera y ese es el asesor financiero, el único capaz de gestionar nuestras emociones y aportar luz en medio de tanta incertidumbre. 

De eso hablaron en el reciente foro de banca privada, organizado por la revista Inversión en Madrid, los representantes de Banco Mediolanum, Mario Rappanello, de Unicaja, Javier López de Heredia y de Ibercaja, Miguel Pareja. 

Todos coincidieron en el riesgo de la automedicación en las inversiones, de pasar de la euforia a la depresión en 24 horas. Un riesgo que actualmente se ve potenciado por la inteligencia artificial y la equivocada interpretación de que puede sustituir al asesor financiero. 

Por eso, los banqueros privados dejaron claro que la inteligencia artificial es muy útil para muchos procesos, pero no te da la cercanía, la confianza y el conocimiento del cliente que tiene el asesor. Es este quien tiene que valorar el impacto de lo que está pasando en la estrategia de cada uno y si hay que llevar a cabo ajustes. La automedicación financiera no es la solución. 

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