Grifols cumple la ley de Murphy con su opa de exclusión 

"Si algo puede salir mal, saldrá mal”, dice la ley de Murphy. En Grifols y su opa de exclusión encontramos su total aplicación. 

Desde que la compañía de hemoderivados anunció que la familia y el fondo canadiense Brookfield preparaban una opa de exclusión, todo se ha torcido. 

Bueno, para ser más exactos todo se torció desde que el fondo bajista Gotham City publicó en enero su primer informe acusando a Grifols de manipular sus cuentas. A partir de ahí nada le ha salido bien a la compañía en estos seis meses. Ha sido terreno abonado para los pesimistas. 

Pero es que ahora, con el anuncio de la opa de exclusión, todo lo que puede salir mal, sale mal. No es normal que, ante una operación de este calibre, el valor se desplome en bolsa. Grifols lo ha hecho.

El varapalo de Moody's

Esta semana sus títulos arrastran una fuerte caída porque la agencia estadounidense Moody’s deja de calificar la deuda de la compañía catalana dado que desconfía de la información que le ofrece, que considera que es “insuficiente o inadecuada”.  

Una noticia muy negativa porque, como apuntan desde Bankinter, la retirada de una agencia de calificación considerada como de primer nivel afectará para mal a la cotización de las emisiones de bonos en circulación y también supone un aspecto negativo de cara a la imagen del grupo ante los inversores. 

Pero es que, además, en estos días, dos consejeras independientes de Grifols han decidido abandonar el barco. Y continúa el lío con el precio al que hay que fijar la opa de exclusión. 

A Grifols no le queda otra que cambiar de estrategia radicalmente para intentar superar tantas adversidades. 

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