¿Qué nos estás diciendo, Lagarde? BCE, tipos de interés y crisis bancaria
Análisis a fondo de la reunión del BCE con la que sube los tipos de interés sin considerar la crisis bancaria. Y ojo, las previsiones económicas de Lagarde dejan abiertas demasiadas preguntas. Duración: 25 min
Decidieran lo que decidieran, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, y sus órganos de gobierno debían lidiar con un lío que pocos quisieran para sí. ¿Qué es prioritario? ¿La inflación o la crisis bancaria en ciernes? ¿Cómo conjugar ambos intereses? Lo escrito, un papelón. Y finalmente Lagarde optó por abrir el paraguas y aguantar el chaparrón de mantener el guion con los 50 puntos básicos (pb) previstos. La arroparon prácticamente por unanimidad.
Los mercados lo descontaban todo: desde el medio punto, hasta el cuarto e, incluso, la congelación. Cambiemos la óptica. Imagina que tú, lector de esta crónica, eres Lagarde. Y que llevas días pregonando a los cuatro vientos que los bancos europeos están protegidos por capital de alta calidad y que, por esa razón, el riesgo de contagio tras la crisis de Silicon Valley Bank y Credit Suisse es, no inexistente, pero sí mínima. ¿Qué habrías hecho?
Como eres una persona coherente y sincera, habrías seguido con tu guion. De lo contrario, ¿no crees que los demás habríamos interpretado que nos estabas engañando y que, por tanto, dudaríamos de los bancos? Sigue imaginando. Ahora lleva a tu frontispicio la imagen del vecino más plomizo que tengas. Ese que siempre molesta de una u otra manera.
En un ejercicio de Photoshop mental, cambia su cara por la de Luis de Guindos. Resulta que ese vecino tuyo con cara superpuesta es, formalmente, tu mano derecha (o izquierda, no sé si eres zurdo). Para más inri, tu número dos se pasa toda una reunión con los ministros de finanzas de la zona del euro insinuando que hay bancos que, por su modelo de negocio, no aguantarán la presión de los tipos de interés al alza.
Sincérate… ¿De verdad habrías roto la palabra dada a los mercados y a Susanna Griso?
Las personas que ejercen el poder son, pues eso, personas y sus decisiones a veces es mucho más sencillo interpretarlas por patrones de conducta que con grandes teorías económicas. Pero si quieres echar mano de ellas, también las hay. Y por supuesto, el BCE tiene docenas de ellas para justificar la decisión que sea. Así que el jueves, antes de que Lagarde diera la cara, comunicó sus nuevas previsiones de inflación y crecimiento.
Los precios subirán de media el 5,3 por ciento en la eurozona este año. El próximo, el 2,9 por ciento. En 2025, el 2,1 por ciento. Por tanto, la inflación será alta –por encima del 2 por ciento— durante tres años más. La propia Lagarde lo verbaliza: “persistirá fuerte por más tiempo del deseado”. Con esa declaración, logró esquivar las preguntas sobre el razonamiento de relato que hay tras subir los 50 pb. Además, la inflación subyacente está peor de lo que se temía en diciembre.
Ahora bien, sus números abren una brecha a la inconsistencia. Y es que mientras Lagarde sube los tipos de interés porque la inflación está como está y estará como estará, también actualiza las previsiones de crecimiento. Y resulta que las mejora. ¿Cómo es posible? Imagina de nuevo que eres Lagarde y que te has pasado meses dando a entender que quieres provocar una crisis controlada para enfriar los precios. Esa es tu misión en la vida.
¿Has fracasado, metiendo a familias, empresas y gobiernos en líos para nada; has mentido; o bien amasas un crecimiento económico desigual con tu gestión de los tipos de interés? ¿Qué nos estás diciendo, Lagarde?
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