El Treasury y el bono alemán disparan sobre la línea de flotación del ahorro
Las expectativas de subidas de tipos dispara el bono alemán mientras que el papel estadounidense se coloca en cotas de 2018. Este es el impacto en el ahorro
La rentabilidad de los bonos soberanos de los Estados Unidos y Alemania, considerados de refugio, se ha disparado ante la intensificación de las expectativas de subidas de tipos de interés a ambos lados del Atlántico. Esto, sin duda, afectará negativamente al ahorro e inversores más conservadores.
En concreto, el bono americano a diez años (conocido como Treasury o T-bond) tocaba una rentabilidad del 2,83 por ciento el martes, en niveles de 2018; mientras que el bund alemán se situaba sobre el 0,82 por ciento, en máximos de 2015.
Este repunte se producía a la espera de conocer el dato de IPC de marzo en los Estados Unidos, con una aceleración de hasta el 8,5 por ciento en tasa general, en niveles no vistos desde 1981 (respecto al 7,9 por ciento previo); mientras que la tasa subyacente repuntaría hasta el 6,5 por ciento (respecto al 6,4 por ciento previo).
La inflación, un factor clave en el comportamiento de los bonos
Y es que son las presiones inflacionistas y su efecto sobre las políticas monetarias de los bancos centrales el factor que está presionando al alza la rentabilidad de la deuda soberana y, por consiguiente, haciendo caer su precio.
“La rentabilidad de los bonos sube como consecuencia, en primer lugar, de la elevada inflación. Esta se come la rentabilidad de los depósitos y de las inversiones, sean cuales sean (activos reales o financieros) porque a la rentabilidad nominal hay que restarle la inflación”, explica José María Luna, de Luna Sevilla Asesores.
Pero, además, “los bancos centrales intentan actuar para mitigar esta situación. Suben los tipos de interés en previsión de que los bancos centrales suban tipos”.
“Asimismo, la reducción del balance de estas instituciones también hace que repunte la rentabilidad de los bonos. Durante una serie de años, la Fed y el BCE compraron deuda pública y, a partir de ya, dejan de comprar y pueden llegar incluso a vender, como en el caso de la Fed”.
“Si vendes, lo lógico es que la rentabilidad de los bonos emitidos repunte. Y, cuando sube la rentabilidad del bono, cae el precio del mismo”, añade este experto.
La subida de la inflación mantendrá la presión sobre los bancos centrales
Y esta tendencia no tiene visos de darse la vuelta, según los analistas de Renta 4.
“Las fuertes presiones inflacionistas mantendrán la presión sobre la Fed y sobre las TIRES (...), mientras que se intensifican las expectativas de subidas de tipos del BCE (2 subidas de 25 puntos básicos para octubre, sin descartar una tercera para diciembre), lo que hace que la reunión del jueves cobre incluso mayor relevancia para ver si Lagarde confirma o suaviza estas expectativas”, explicaban sus analistas.
La reunión de política monetaria de este jueves será clave, en efecto, para tratar de arrojar luz sobre los próximos movimientos del Banco Central Europeo en ese sentido.
“Dado que el BCE está más preocupado por las perspectivas de inflación que por las de crecimiento, creemos que continuará el proceso de normalización de la política, con políticas fiscales específicas encargadas de apoyar la demanda privada, a menos que la situación económica se deteriore notablemente”, explicaba en este sentido Konstantin Veit, gestor de carteras en PIMCO.
Daño a las carteras conservadoras
La cuestión es que todo esto tiene un efecto directo sobre las carteras de ahorradores e inversores.
Especialmente, sobre el ahorro de los más conservadores, pero también sobre las personas con préstamos de interés variable en vigor, al encarecerse la principal referencia de hipotecas y créditos, el euríbor.
“Eso influye negativamente en los fondos y los planes de pensiones. Sobre todo, el ahorro que está invertido en fondos de deuda o mixtos con altas posiciones en renta fija”.
”Pero también afecta a los productos que invierten en bolsa porque, cuando haces la valoración de una compañía para ver si está cara o barata, lo que haces es estimar los ingresos futuros y los descuentas a un tipo de interés determinado. Si ese tipo sube, te va a salir un precio objetivo más bajo. Por eso, lo lógico es que se reajusten las valoraciones a la baja”, apunta Luna.
Así, por ejemplo, los fondos de deuda pública en euros se dejan el 4,57 por ciento en lo que va de año, según datos de VDOS, un porcentaje bastante elevado para una categoría que supuestamente está destinada al ahorro conservador.
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