El pavo de Acción de Gracias más caro de la historia y el mercado de bonos
El mercado de bonos reacciona con pérdidas al pavo del Día de Acción de Gracias más caro: descuenta una subida de tipos antes de lo anunciado por la inflación
Que haya un poco de inflación siempre se ha dicho que es bueno. Mientras su evolución a nivel global no sobrepase el 4 por ciento, las rentabilidades, tanto de las bolsas como en el mercado de bonos, tienen un buen comportamiento en el medio y largo plazo.
Pero cuando llegan al 6 por ciento –o lo superan— la situación se complica. Cuando se alcanzan estos niveles, hablamos de inflaciones persistentes.
Por ahora, solo tenemos un dato: el que publicó los Estados Unidos la semana pasada. Los bancos centrales, particularmente la Fed, mantienen el discurso de que la situación es transitoria.
Esperan que pueda haber un pico hasta final de año, por el momento inflacionista que crea la Navidad y sus preparativos –como el Black Friday—. Proyectan, por tanto, una caída de la inflación con el arranque de 2022.
La clave estará aquí: si el pico no se produce o no hay una corrección posterior. Nos referimos a una caída que supere a la técnica, que por el factor base sí se conseguirá.
Si nos fijamos en las rentabilidades medias que han firmado tanto las bolsas como los bonos cuando la inflación persiste por encima del 6 por ciento, éstas se vuelven negativas de media en un -5 por ciento en las bolsas. En los bonos, las pérdidas rondan el -4 por ciento.
Otro dato importante lo conocimos el viernes. Se trata de la confianza del consumidor en los Estados Unidos. Refleja el temor a la inflación de manera muy clara. No en vano, este año pagan el pavo para el Día de Acción de Gracias más caro de la historia.
La Universidad de Michigan, encargada de medir el comportamiento del consumo, reconoció los niveles de confianza más bajos en 10 años. Ni siquiera en plena pandemia de Covid-19, los estadounidenses se habían mostrado tan reacios ante el consumo. Y el problema son los precios.
Sobre la mesa están las proyecciones de un menor consumo. Es el pez que muerde la cola: sin consumo interno, el PIB estadounidense se debilitará. Ambos ingredientes cocinarían el peor de los escenarios al situar a una de las economías más desarrolladas en una situación de precios altos y escaso crecimiento: la estanflación.
Los bonos ya dan las primeras señales. Tras conocerse la inflación al 6,2 por ciento en los Estados Unidos, se comieron toda la recuperación que habían logrado las semanas anteriores y que había facilitado que las bolsas estuvieran relativamente tranquilas. Los bonos descuentan que la Fed tendrá que subir los tipos antes de tiempo si quiere luchar contra la inflación.
El pavo de Acción de Gracias más caro que nunca tiene también su relación con el dólar. Y, por tanto, con el euro.
El escenario que descuentan los bonos empuja a los inversores a querer estar en posesión de una moneda fuerte, como el dólar. Prevén que los intereses subirán antes de tiempo.
El euro volvió a suscribir el viernes mínimos anuales en los 1,14 dólares.