La prima de riesgo entra en escena. Se dispara hasta los 153 puntos básicos
La prima de riesgo de España se ha disparado hasta los 153 puntos básicos ante el temor de que el BCE no apoye a los periféricos y al elevado déficit y endeudamiento que el plan Sánchez supondrá
La prima de riesgo vuelve a estar de nuevo en boca de los inversores, algo que no sucedía desde la crisis de deuda de 2012.
El valor, que mide la probalidad de impago de un país, ha superado los 150 puntos básicos, en concreto se ha marcado 153 puntos, nivel que no se veía desde 2017.
Pero esta escalada no ha venido motivado por las últimas caídas de la bolsa. La rueda de prensa de la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, puso en el disparadero el riesgo país de los países periféricos.
¿Qué nos está diciendo?
En primer lugar que España va a entrar en una situación de parálisis económica. Es decir, que de crecer a un ritmo del 1,5% para este año según las estimaciones de las casa de análisis entrará en recesión.
Lo siguiente que está contando es que con esta crecimiento cero o recesión, el Gobierno español lo tendrá muy difícil para financiar los 200.000 millones de euros en un mercado de bajo coste, como era el actual.
Es decir, la crisis sanitaria provocará una crisis económica, que obligará a incrementar el déficit y el endeudamiento de países con peor posición, como es el caso de España, que incumplirá el acuerdo de déficit.
Además, la prima de riesgo también se tensiona porque los inversores están buscando refugio en otros activos más seguros, como el bono alemán, aunque esté en rentabilidades negativas. Los bonos y divisas de Alemania, Suiza y los Estados Unidos son los elegidos.
Y esto provoca un mercado de sell off en bonos, especialmente los periféricos.
El discurso de Lagarde contribuyó a incrementar el miedo de los inversores, que interpretaron en esas palabras como que la institución no sería un prestamista de última instancia si algún país lo requiera.
Aunque Lagarde señaló, posteriormente, que mantiene el BCE su compromiso con los Estados, aunque la falta de interés de reducir las diferencias entre los países contribuyó a agrandarlo.
Aún así, la situación difiere mucho de lo acontecido en 2012 cuando la prima de riesgo de España y de Italia marcaron récords, por encima de los 650 puntos.