Las letras del Tesoro de las que todo el mundo habla (y no son las españolas)

La prima de riesgo francesa toca máximos desde febrero de 2017 ante la proximidad de las elecciones legislativas. ¿Son las letras del Tesoro galo una oportunidad en este contexto?

Los mercados financieros han reaccionado con alarma ante la posibilidad de que la ultraderechista Agrupación Nacional, liderada por Marine Le Pen, forme gobierno tras las elecciones en Francia, lo que ha disparado la prima de riesgo a niveles de febrero de 2017.  

En ese contexto, hemos preguntado a los expertos si la deuda gala y, en concreto las letras del tesoro francés, son una oportunidad para los inversores ante el incremento de la incertidumbre política en el país vecino. 

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A ese respecto, lo primero que cabe decir es que las letras del Tesoro francés están rentando actualmente algo más que las españolas. Específicamente, Francia paga un retorno del 3,48 por ciento por las letras a un año, frente al 3,4 por ciento de las españolas. 

Esta pequeña diferencia es poco significativa y se explica por la tendencia del tesoro francés a utilizar muy activamente la financiación de corto plazo, con subastas semanales de letras a todos los plazos, según explica Sofía Antón, directora de Aurigabonos.  

“Como hay más letras en circulación, hay más posibilidades de comprar y la demanda no presiona tanto el precio”, argumenta. 

En ese sentido, Antón descarta que las elecciones francesas hayan incrementado el atractivo de la deuda de corto plazo aunque, al mismo tiempo, reconoce que si las letras españolas al 3,4 por ciento son una oportunidad, las francesas al 3,48 por ciento también lo son.

Los bonos franceses incrementan su rentabilidad 

Más allá de las letras, Antón explica que la incertidumbre política sí ha tenido efectos sobre las emisiones soberanas de mayor plazo, a partir de cinco años, que pueden ser interesantes en este entorno

"Los bonos franceses han reflejado esa incertidumbre política en forma de una subida de la rentabilidad. El mercado ha penalizado a Francia por esa incertidumbre y le está exigiendo algo más. Pero, ¿tú crees que el tesoro francés va a dejar de pagar sus vencimientos porque haya un cambio en el gobierno? Yo no lo creo”, reflexiona esta experta. 

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Pedro del Pozo, director de Inversiones Financieras de Mutualidad, está de acuerdo con ella: “Un parlamento abiertamente euroescéptico en Francia genera numerosas dudas en el mercado. Y la verdad es que los bonos franceses en los últimos días están cotizando a niveles similares a los españoles e incluso más rentables que los portugueses, lo cual no parece lógico al comparar estas economías. Esta coyuntura podría representar una oportunidad de compra para los inversores”. 

El bono francés ofrece una rentabilidad similar al español 

En concreto, el bono francés a diez años cotiza actualmente en niveles del 3,2 por ciento en el mercado secundario, muy poco por debajo del 3,3 por ciento que abona el tesoro español a ese plazo e incluso por encima del 3,17 por ciento de Portugal, a pesar de que se trata de economías de relevancia muy dispar. 

Si bien, Antón cree que esa distancia podría incrementarse en los próximos días. Por eso, esta experta opina que el momento de comprar esos bonos podría ser después de la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas, previstas para este domingo. 

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"En la medida en que esa inestabilidad o cambio político se confirme este fin de semana, con la primera vuelta, puede ser que esa prima de riesgo se pueda ampliar algo más. Por eso, esperaría a que se resuelvan las elecciones, el fin de semana”, apunta. 

Los expertos de Allianz GI también creen que las tensiones podrían incrementarse en el mercado de deuda. “Los inversores deberían esperar una mayor prima de riesgo y volatilidad del mercado en Francia”, avisan en un recientemente comentario. 

Específicamente, un estudio del banco de inversión Natixis advierte de algunas de las consecuencias que un cambio de gobierno podría tener sobre la evolución de las finanzas públicas y la deuda local. 

En concreto, podría provocar un problema de desviación fiscal, con un Ejecutivo sin margen de maniobra, de manera que el déficit público podría quedarse estancado en el 5,5 por ciento que se registró en 2023 (frente al objetivo actual del 5,1 por ciento). 

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Asimismo, otro efecto indeseado podría ser una rebaja de la calificación crediticia por parte de las agencias de rating, según el mismo documento. 

Con todo, expertos como Antón descartan un impago en Francia, por mucho que cristalicen algunos de estos miedos.

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