¿Está el Nasdaq sobrevalorado?
La mayor parte de las empresas del Nasdaq participan de un crecimiento mayor que otros sectores tradicionales, pero ¿cuánto se debe pagar por ese crecimiento?
¿Está el Nasdaq sobrevalorado? La respuesta a esta pregunta está más clara de lo que parece: nada más hay que mirar la gráfica histórica del Nasdaq en relación al S&P500.
La mayor parte de las empresas del Nasdaq participan de un crecimiento mayor a otras sociedades de sectores tradicionales, pero ¿cuánto se debe pagar por ese crecimiento?
Mirando de cerca cada empresa es importante entender si crecen vendiendo más porque bajan precios por debajo del nivel potencial para la realización de beneficios o porque realmente tienen un producto o un servicio especial, además de con unas barreras de entrada grandes que les permite incrementar las ganancias sin sufrir los inconvenientes de una excesiva competencia.
La irracionalidad del mercado
Para participar en el mercado no se necesita tener estudios, ni saber muchas finanzas, ni siquiera ser mayor de edad o tener una psicología estable. Se necesita dinero nada más.
Los precios de los mercados no dicen nada en el corto plazo, no nos muestran realmente nada, ya que son el resultado de la participación de muchos inversores y, por lo tanto, son en muchos casos irracionales.
Si la irracionalidad reina claramente en la compra, la venta suele ser aún mucho más irracional y rápida, como una estampida de ganado tratando de salir por una puerta muy pequeña. No todos caben al mismo tiempo.
La Fed impulsa el riesgo
Es obvio que la Reserva Federal y otros bancos centrales del mundo con sus actividades de monetización de deuda, o simplemente creando dinero, han empujado a los participantes del mercado a inversiones de mucho más riesgo y a creer, en cierta medida, que el banco central de los Estados Unidos los rescatará si las bolsas caen estrepitosamente.
Este concepto se llama “moral hazard” y es evidente que esta fuerte alza de las bolsas tecnológicas forma parte de este experimento de expandir su valor y, por el contrario, no tiene lugar porque la economía va muy bien y las empresas incrementan beneficios.
De hecho, esta expansión de las valoraciones es como el aire caliente que entra en un globo y que se eleva poco a poco hasta que se estabiliza y empieza a caer.
El aire que eleva los precios
La Reserva Federal ha elevado los mercados con estas inyecciones monetarias y las bolsas se mantendrán en estos niveles hasta que los participantes en el mercado se den cuenta de que es ciertamente aire lo que eleva los precios de las empresas, y no tanto sus expectativas de beneficios.
Todas las burbujas acaban desinflándose, unas poco a poco y otras con mucho ruido y rompiendo carteras.