La supervivencia de la empresa familiar pasa por una buena planificación patrimonial
Los expertos advierten de que las sociedades en las que no existe una separación de los activos financieros, inmobiliarios y empresariales tendrán mayores problemas para superar la crisis económica.
El daño que la crisis sanitaria ha perpetrado en los balances ha llevado a muchas compañías a replantear sus estrategias y cuestionarse ¿por qué no se han tomado otro tipo de decisiones? En el caso de las empresas familiares uno de los errores más comunes ha sido el de “mezclar los activos financieros, inmobiliarios y empresariales, lo que las puede arrastrar a la quiebra”.
Así lo afirmó Marcelino Blanco, director de planificación patrimonial de Andbank España, durante la primera jornada de Patrimonia, el foro de la gestión del patrimonio familiar, organizado por la revista INVERSIÓN.
“Aunque los límites los debe fijar cada familia y cada empresa”, apuntó, la supervivencia futura de las empresas pasa además por contar con una buena planificación patrimonial en cuatro líneas: empresarial, financiera, sucesoria y fiscal. Es “esencial”, apostilló Blanco.
Por su parte Francisco Márquez de Prado, director comercial de JP Morgan AM, que también puso el acento en definir unas líneas claras en la gestión del patrimonio, destacó la liquidez como uno de los valores añadidos en épocas de volatilidad e incertidumbre como la actual.
La planificación patrimonial debe contemplar cuatro líneas: empresarial, financiera, sucesoria y fiscal
“Es fundamental. Dada la situación de los mercados, a día de hoy estamos sobreponderando los niveles de liquidez, entre otras cuestiones porque puede ayudar a las empresas familiares a acceder a las oportunidades que surjan en el mercado” y, por tanto, contribuir tanto a su pervivencia como a su expansión futura”, dijo Márquez de Prado en el foro organizado por la revista INVERSIÓN, con el patrocinio de Andbank España y la colaboración de Adefam, la Asociación de la Empresa Familiar de Madrid.
Identificar oportunidades
Superado el momento de gestión de urgencia, las empresas familiares han de centrarse en identificar dichas oportunidades, algo en lo que ya están la mayoría de ellas. “Lo importante es no dejar de ser activos. Precisamente ahora es el momento de invertir y reinventarse”, señaló Miguel López de Silanes, responsable de las regiones de Europa y América Latina de Family Office Exchange.
“Todos los mercados privados están despertando un mayor interés entre los inversores tanto por su menor volatilidad como por su mayor rentabilidad a largo plazo”, añadió
A este respecto, López de Silanes, apuntó a la “frustración” que se está produciendo en el caso de los fondos private equity por su escasa generación de valor y alineamiento en el largo plazo.
De hecho, destacó que las familias prefieren la inversión directa en proyectos operativos. “Las familias se parecerán cada vez más a los endowments americanos. Muchas familias tienen ya entre el 30% y el 50% de su inversión en activos ilíquidos”.
El riesgo del marco fiscal
La fiscalidad protagonizó gran parte de la mesa de debate. Alberto García Ramos, socio director de Cremades & Calvo Sotelo en A Coruña, fue contundente “El marco fiscal actual de España pone en riesgo la continuidad de la empresa familiar”.
En este sentido apuntó directamente a la “complejidad tributaria” y a la “inseguridad jurídica que genera la aplicación de los impuestos por la propia Hacienda”.
Punto en el que el director de planificación patrimonial de Andbank España, Marcelino Blanco, aludió a la importancia de desarrollar un “sistema fiscal único en la Unión Europea”. Lo cual pasa porque los países cedan parte de su soberanía fiscal.
Todos los ponentes coincidieron en que si al incremento de la fiscalidad acordado en 2018 por el actual Ejecutivo, se suman las medidas adicionales por la crisis del Covid-19 (entre ellas la subida del IVA) y la reforma fiscal autonómica muchas empresas familiares se verán abocadas al cierre.
Digitalización y sostenibilidad
De cara al futuro inmediato los expertos señalaron que será la digitalización la que determine la supervivencia de muchos negocios. “La crisis sanitaria ha puesto en valor el teletrabajo y ha cambiado los hábitos de los consumidores. Grandes empreas ya se plantean cerrar tiendas y centrarse en la venta online”, afirmó Blanco.
A ello se suma el potencial de la sostenibilidad. “Los inversores están cada vez más preocupados por la RSC tanto para invertir como para poderlo vender”, concluyó García Ramos.