La crisis impulsa el uso de información privilegiada
Desde marzo se detectan movimientos en las bolsas relacionados con el abuso de mercado
Las crisis económicas son un caldo de cultivo para que aumenten los casos de información privilegiada y de abusos de mercado que influyen en la cotización de las empresas, y la actual crisis provocada por el coronavirus no es una excepción.
Desde marzo se están detectando algunos movimientos en las bolsas relacionados con el abuso de mercado.
Van desde operaciones con información privilegiada en que una o varias personas disponen de datos que no están a disposición de otros inversores y los utilizan en beneficio propio, hasta la manipulación de mercado, en que se emite deliberadamente información engañosa para influir en el precio de una acción.
«Estos movimientos son comunes en momentos de alta volatilidad e incertidumbre en los mercados como el actual, en los que se hace un mayor uso de información privilegiada y los inversores reaccionan de manera exagerada ante noticias sobre empresas cotizadas», afirma Carlos Perelló, profesor de Derecho de los Mercados Financieros del IEB.
Durante la crisis se han producido algunos casos ‘sospechosos’ sobre todo protagonizados por empresas farmacéuticas y tecnológicas relacionadas con la salud que trabajan a contrarreloj para encontrar vacunas, medicamentos o dispositivos contra el coronavirus y cuyas noticias relacionadas con estos avances disparan su cotización.
«Los inversores tienen el foco puesto en cualquier noticia que pueda afectar a las cotizadas. En el caso de las farmacéuticas el interés es mayor. Desde que estalló la pandemia se han convertido en las estrellas de los mercados, están en el ojo del huracán y antes o después del anuncio de cualquier avance despegan en bolsa», afirma Borja Ribera, profesor de Bolsa de EAE Business School.
Un ejemplo es la firma estadounidense SCWorxs, una compañía de soluciones tecnológicas para empresas sanitarias, que aumentó su valor en bolsa un 424 por ciento al conocerse que había conseguido un pedido de 48 millones de test rápidos para detectar el Covid-19.
PharmaMar
Otro caso más cercano de cómo una información puede mover una cotización lo tenemos en PharmaMar, que un día antes de que la Agencia del Medicamento la autorizara a realizar ensayos clínicos preliminares con su compuesto Aplidin como tratamiento del Covid-19, su acción se disparó un 14 por ciento.
No obstante, los expertos no creen que en este caso se trate de información privilegiada. En opinión de Carlos Perelló, el sector farmacéutico es muy volátil cuando se habla de nuevos medicamentos o patentes que pueden provocar fuertes cambios en el beneficio operativo de estas empresas.
PharmaMar se disparó un 14% en bolsa un día antes de que la Agencia del Medicamento autorizara a realizar ensayos clínicos con Aplidin
Por ello considera que «no es extraño ver estas subidas antes de aprobar una nueva fase de un medicamento para luego ver caer la acción si esta fase no se aprueba. Siempre hay inversores dispuestos a especular antes de estas noticias y dada la baja liquidez de este sector los movimientos son fuertes».
Lo que le lleva a creer que el movimiento alcista de PharmaMar, aunque pueda parecer ‘sospechoso’, «no se debió en absoluto a información privilegiada».
Tampoco Borja Ribera piensa que lo sea. «A PharmaMar como al resto de cotizadas les interesa aumentar su capitalización y crear musculo financiero y saben que todas las noticias sobre nuevos avances en productos que frenen el coronavirus cotizan a su favor, por ello se esfuerzan en comunicarlas. Pero no creo que lo ocurrido a PharmaMar el 27 de abril se trate de un caso de información privilegiada».
Pillados
Donde sí se han demostrado casos de información privilegiada ha sido en Estados Unidos, en los que están implicados miembros del Congreso y el senador Richard Burr, que se deshizo el 13 de febrero de acciones en una operación valorada entre 620.000 y 1,7 millones de dólares tras conocer en una reunión de trabajo el descalabro económico que podía generar el coronavirus en su país.
Según publicó The Wall Street Journal, las acciones que vendió valdrían ahora 250.000 dólares menos que cuando se deshizo de ellas.
A la caza del infractor
Ante casos como este, el supervisor de los mercados de Estados Unidos (SEC) ha informado que controlará muy de cerca las operaciones bursátiles durante la crisis para que no se repitan.
La misma medida está tomando en España la Comisión Nacional del Mercado de Valores según informaron fuentes del supervisor a INVERSIÓN, pero se negaron a hablar sobre actuaciones concretas en casos de información privilegiada, ya que «la normativa no nos permite dar información hasta que estas actuaciones terminen».
La investigación de estos casos no es fácil y todo depende, según Perelló, de quien cometa el delito.
«Depende de lo listo que sea y de cómo lo lleve a cabo. Si alguien está todo el día comprando y vendiendo en bolsa y un día gana gracias a una información privilegiada, es más difícil cazarle que a alguien que nunca opera en los mercados y justo antes de una gran noticia empresarial hace un volumen inexplicable».
En su opinión, muchos de estos defraudadores son reincidentes y al final cometen errores que les llevan a afrontar fuertes multas.
Duras penas
La legislación española y la CNMV no escatiman esfuerzos en ‘cazarlos’. También la implantación de MiFID II «ha colaborado en esta lucha estableciendo una serie de supuestos y de sanciones que persiguen la transparencia y la protección del inversor en esta materia», apunta Javier de los Ríos, profesor de Banca del Centro de Estudios Financieros (CEF).
En febrero de este año la CNMV ha puesto en marcha nuevos procedimientos para comunicar información privilegiada.
Esta normativa diferencia la información relevante de la privilegiada para que los inversores conozcan lo antes posible los acontecimientos que pueden influir en las cotizadas.
La CNMV multó con 30.000 euros a Josep Borrell por utilizar información privilegiada al vender acciones de Abengoa
La norma impone fuertes sanciones a las empresas incumplidoras que oculten información en su beneficio. Las muy graves conllevan multas de entre 2 y 30 millones de euros o el 30 por ciento del volumen de negocio anual si el infractor es una persona jurídica.
Los casos más sonados
Los esfuerzos del supervisor destinados a atrapar al infractor han dado sus frutos. Uno de los casos más sonados lo protagonizo Josep Borrell cuando era ministro de Asuntos Exteriores, al que la CNMV multó con 30.000 euros por utilizar información privilegiada al vender acciones de Abengoa, compañía de la que era consejero.
Borrell se deshizo de 10.000 acciones de la tecnológica un día antes de que se desplomara en bolsa debido a la presentación de un preconcurso de acreedores.
Otro caso lo protagonizó Fernando Pumar, hermano de Ricardo Pumar, presidente de Inmobiliaria del Sur, al que sancionó en 2019 la CNMV con una multa de 70.000 euros por la compra de 6.037 acciones de la inmobiliaria con información privilegiada. Él formaba parte del consejo de administración de la compañía.
Estas multas disuaden de cometer infracciones, pero según Carlos Perelló «no las eliminan por completo». A su juicio, «lo que realmente hace al presunto defraudador pensárselo dos veces antes de delinquir es saber que, ante cualquier movimiento extraño de una acción, los vigilantes del mercado van a llamar a su puerta tarde o temprano».