Pequeñas farmacéuticas europeas. Terreno peligroso para los inversores

La necesidad de frenar al virus ha desencadenado una avalancha de pequeñas empresas metidas en vacunas y tratamientos, algunas de muy pequeña capitalización y casi todas muy peligrosas por el riesgo que entrañan estas investigaciones

Las compañías del sector salud y farmacéuticas que están enfocadas en desarrollar tratamientos o vacunas para luchar contra el Covid-19, han cosechado algunos de los mejores resultados este año en la bolsa europea. Sin embargo, pueden ser un campo de minas para los inversores. 

La imperiosa necesidad de frenar al virus que paralizó a las economías mundiales, ha desencadenado una auténtica avalancha de compañías metidas en distintas investigaciones.

Y los inversores han acudido en masa hacia estas empresas, que en algunos casos acumulan revalorizaciones de tiple dígito pero son de muy pequeña capitalización y especialmente peligrosas, según informa la revista INVERSIÓN en su número de esta semana. Puede suscribirse desde 3 euros por semana o acudir a su quiosco (4 euros).

Mientras los gobiernos están depositando la mayor parte de sus esperanzas en los principales fabricantes de medicamentos, como Astrazeneca o Sanofi, los inversores podrían estar sobre valorando las oportunidades en las empresas más pequeñas, según dice Daniel Mahony, gestor de fondos de salud en la firma Polar Capital.

“Me sorprende que algunas de estas empresas estén un poco sobrevaloradas”, apunta respecto a las empresas que buscan la vacuna. “Cuando miras las valoraciones, ¿cuáles son los factores que algunos inversores están teniendo en cuenta para justificar las subidas?”, reflexiona este experto.

Escasa probabilidad de éxito

Para responder a esta pregunta, hay una estadística muy reveladora: solo el 14 por ciento de todos los medicamentos probados en los ensayos clínicos, obtiene finalmente la aprobación de la FDA estadounidense, según un estudio de la escuela de negocios MIT Sloan.

Además, solo el 10 por ciento de las vacunas tienen éxito una vez que se someten a pruebas con humanos, mientras que suelen tardar en desarrollarse entre diez y quince años, añade Adam Barker, analista de Shore Capital Group.

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Las grandes farmacéuticas y sus socios están acelerando todos los procesos debido a la urgencia que provoca el coronavirus. Sin embargo, es difícil medir los éxitos, especialmente en las empresas más pequeñas, que carecen de recursos para realizar grandes ensayos clínicos.

El peligro está a la vuelta de la esquina

La cuestión es que hay hasta cien vacunas experimentales contra el virus que se están desarrollando en todo el mundo. Y todas se enfrentan a los mismos problemas, que pasan por encontrar la respuesta inmune correcta buscando las posibles reacciones adversas.

Por supuesto, los controles de seguridad son cruciales, dado que las vacunas se prueban con personas sanas. Por eso mismo, los tiempos en los ensayos con humanos serán más lentos, en comparación con los progresos vistos hasta ahora, dice Barker.

Pero incluso aunque una vacuna sea exitosa, ello no implica que haya grandes márgenes. De hecho, Astrazeneca planea suministrar su vacuna a precio de coste durante la pandemia. “Lo hacen mejor las grandes empresas", apunta Mahony. "Actúan por el bien de la sociedad y sus negocios. La única razón por la que no lo hacen es para ganar dinero", añade este experto.

Para las pequeñas empresas esto es más complicado, en la medida en que tienen que ejecutar grandes ensayos. Ello no impide que algunas de estas compañías hayan subido en bolsa tras anunciar que están probando tratamientos contra el virus. En el número de esta semana, INVERSIÓN hace un completo informe sobre estas pequeñas farmas que podrían dar más de un disgusto. 

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