2018: Todas las señales apuntan al reventón de una burbuja

El jefe de análisis macroeconómico de Saxo Bank analiza los riesgos geopolíticos a los que se enfrenta el inversor en el nuevo año

¿Qué puede ir mal en este 2018? Pues mucho. El nuevo año arranca con varios frentes para el inversor. A las citas electorales programadas -elecciones en Italia y Estados Unidos-, al 'Brexit' aún sin resolución clara y a las persistentes tensiones en Oriente Medio y en la península de Corea se suma el exceso de liquidez, que favorece la creación de burbujas. ¿Significa esto que hay que huir?

Al contrario. "Los inversores deberían considerar el riesgo geopolítico como una oportunidad para comprar las caídas a fin de aprovechar el inevitable rebote del precio", afirma Christopher Dembik, jefe de análisis macroeconómico de Saxo Bank. Su índice de riesgo geopolítico, basado en el documento de trabajo de Caldara y Lacoviello de 2017, no indica ninguna tensión importante a corto plazo. "Todavía está muy por debajo de su nivel más alto alcanzado en marzo de 2003, en 450 puntos, con motivo de la guerra en Irak".

No significa que esté todo despejado. Precisamente el mayor riesgo para los mercados es desconocido, factores que aún no han sido descontados o puestos en precio, "como la incertidumbre en torno a la estrategia regional de Mohammed bin Salman en Arabia Saudita, las crecientes tensiones políticas entre Europa occidental y oriental (y la adhesión de Austria a Visegrad Four) y, finalmente, un colapso a mitad de legislatura para Trump y el GOP". Como recuerda Dembik, existe una fuerte relación histórica entre la popularidad del presidente y las elecciones de mitad de período. Teniendo en cuenta que la popularidad de Trump no es exactamente estelar (su índice de aprobación pasó del 45% en enero al 37% recientemente), existe el riesgo de que deba lidiar el resto de su mandato con un Partido Demócrata revitalizado y un Partido Republicano que lo responsabiliza por su fracaso electoral.

La liquidez primero alivia, y luego aprieta

"Estamos en un mundo de exceso de liquidez que conduce a la creación de burbujas", sentencia Dembik. En su opinión, este es el riesgo financiero y macroeconómico más peligroso para la recuperación impulsada por la deuda. Un mercado se encuentra en una situación de burbuja cuando los precios se vuelven súper exponenciales, lo que está sucediendo actualmente en muchos mercados en todo el mundo: inmobiliario, criptodivisas, FANG y la parte de rendimiento negativo del mercado de bonos que representa alrededor de 8 billones de dólares.

La tecnología detrás del Bitcoin es innegablemente prometedora, pero el interés por el Bitcoin se debe principalmente al exceso de liquidez. "Es una tontería económica que la capitalización bursátil del Bitcoin esté justo por encima de la de General Electric, una de las compañías más grandes del mundo con más de 123.000 millones de dólares en ingresos", apunta. Una situación que no estaríamos viendo si la política monetaria global fuera más estricta.

Pero la burbuja en el bitcoin apenas tendría ramificaciones. "Las más peligrosas son en realidad las que hemos experimentado en el pasado, especialmente en el mercado inmobiliario". Las burbujas en los activos financieros son preocupantes, pero afectan a una parte más pequeña de la población que las burbujas del mercado inmobiliario. Los mercados que ve más arriesgados son Australia, Londres y Hong Kong, pero las tendencias en Suecia y Noruega también son extremadamente preocupantes. Desde 2007 el índice de precios de la vivienda ha aumentado en un 90% en Suecia y en un 70% en Noruega. "Estamos entrando lentamente en un período muy arriesgado en el que las burbujas siguen creciendo mientras que el impulso crediticio es negativo y los bancos centrales vuelven a una política monetaria más ortodoxa", explica el experto. "Sabemos bastante bien cómo funcionan las burbujas... lo que a primera vista parece un "no evento" a menudo puede causar la explosión. Por lo tanto, es imposible predecir correctamente el tiempo".

Por todas estas razones Dembik se aventura a afirmar: "2018 es ciertamente la ocasión más favorable para la explosión de una burbuja desde 2007". El final del año será una temporada especialmente arriesgada, ya que la Fed habrá subido significativamente los tipos y el BCE dejará de inyectar liquidez a través de QE, lo que conducirá a un mayor coste del capital y valoraciones de mercado más realistas.

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