«Bancasset management»: gestiona tú, que ya lo vendo yo

Ante la necesidad de completar y complementar su oferta de inversión con gestión de calidad, entidades bancarias y aseguradoras miran hacia las gestoras independientes para aprovechar «lo mejor del mercado». ¿Un punto de inflexión?

¿Qué diferencia hay entre comprar embutido de El Pozo o de Dia? ¿Entre las pizzas CasaTarradellas y las de Mercadona? ¿Yogures de Kaiku o del Eroski? Solo una: la carcasa. El futuro de la inversión podría asemejarse cada vez más a los fabricantes que producen tanto para marcas conocidas como para marcas blancas. Es una tendencia que perciben las gestoras independientes que comienzan a consolidar su presencia en España. Hay apetito por gestión de calidad, pero no solo por parte de los ahorradores sino también por las propias entidades comercializadoras de fondos. «Llegará el momento en el que la banca venderá su gestora y solo comercializará sus productos», vaticinó David Angulo, presidente de Dunas Capital, en la presentación de la gestora. Y lo volvió a repetir el equipo de Unigestion, una boutique de gestión de activos suiza: el futuro de la gestión pasa por el «bancasset management». «La base de los inversores españoles es muy conservadora», explicó Fiona Frick, consejera delegada de Unigestion en la presentación de la firma en Madrid, «por lo que la industria necesita una especialización fuerte más que nunca». 

¿Qué buscan las gestoras para confiar la gestión a otra? Para Alfonso Benito, director de gestión de activos de Inverseguros Gestión-Dunas Capital, un servicio excelente en su relación y una calidad basada en la experiencia en este tipo de negocio (valoración de las carteras, trato con el cliente, relaciones con auditores, reguladores...etc) a un precio razonable. «No consiste en ser los más baratos del mercado (muchas veces termina saliendo muy caro)», cuenta, «pero sí es importante que el servicio ofrecido sea de alta calidad y que su coste sea inferior al que tendría la gestora si asumiera ese servicio con su propia estructura». Ellos lo logran gracias a las economías de escala que han alcanzado.

Más y más colaboraciones

La cesión de mandatos no es ninguna novedad. La concesión de un capital a un gestor externo, y manteniendo el nombre de la firma comercializadora en el fondo. Pero, de momento, esa transformación completa parece quedar lejos. Las tendencias predominantes son dos: colaboraciones entre gestoras y carteras perfiladas. En los últimos meses ha proliferado el lanzamiento de vehículos de inversión vendidos por una entidad, pero gestionada por otra. Una de las más activas ha sido Deutsche Bank, con el estreno de Flossbach von Storch II - Defensive Allocation 2023, gestionado por Flossbach von Storch, la gestora independiente más grande de Alemania, así como el Nordea 2 - Balanced Growth Target Date Fund, un fondo exclusivo para los clientes de Deutsche Bank, gestionado por la gestora Nordea. «Confirmamos nuestra apuesta por poner al alcance de nuestros clientes fondos de inversión de las mejores gestoras del mundo», afirmó Luis Martín Jadraque, director del Centro de Inversiones de Deutsche Bank, durante la presentación de este último. «Resulta fundamental ofrecerles lo mejor del mercado, no sólo productos propios, sino también de terceros, y facilitarles la elección de aquellos que se ajustan mejor a su perfil de inversión».

No han sido los únicos. El pasado noviembre Mapfre lanzó MAPFRE Jubilación Activa, un plan de pensiones gestionado por la gestora parisina Carmignac. Pese a contar con un equipo de gestión propio, desde Mapfre reconocen que no pueden abarcar con la misma habilidad todo tipo de estrategias. «No quiere decir que vayamos a renunciar a la gestión activa», insiste Álvaro Anguita, consejero delegado de Mapfre AM. El nuevo plan de pensiones no compite con sus demás productos, los complementa. Un reflejo de cómo la aseguradora quiere ofrecer a sus clientes la gestión que necesitan, ya sea con productos propios o con el apoyo de terceros.

Quien no tenga capacidad

En cambio, no es una vía por la que se ven pasando gestoras independientes, como GVC Gaesco. En esta polarización de la industria de la gestión que ve Jaume Puig, director general de GVC Gaesco Gestión, entre la gestión pasiva -que renuncia a batir al índice de referencia- y la gestión activa -la que busca superarlo-, los que sufrirán en los próximos años serán los agentes que se encuentren en medio de ambos. Es decir, los que actualmente están ofreciendo gestión cuasi pasiva, pero cobrando comisiones de gestión activa. Todos sus productos son gestión activa, afirma Puig. «Ofreceremos aquellos nichos en los que podamos ofrecer valor, pero lo que no sabemos hacer no lo haremos», defiende. 

Es una tendencia que agrada a los expertos porque, como apunta Salvador Díaz, adjunto a la dirección de inversión de Altair Finance, el cliente es el que está expuesto, por lo que es legítimo que las entidades deleguen la gestión. A fin de cuentas, el volumen del negocio está en los bancos, que son quienes tienen la marca, pero, en muchas ocasiones, no la capacidad. Sin embargo, lo que de verdad preferiría Díaz es ver un punto de inflexión, que se produjera el trasvase hacia gestoras independientes. También es escéptico Fernando Luque, de Morningstar. Al final, como recuerda, la banca no lo necesita: el cliente llega vía las sucursales. Le ve pocas ventajas para las financieras aliarse con grandes jugadores internacionales, ya que tendrían que compartir la comisión de gestión. Lo que más percibe es el auge de las carteras perfiladas, un estilo de fondos de fondos. 

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Pero comparten el mismo problema que Carlos Farrás, socio director de DPM Finanzas, ve a un modelo basado en ese «bancasset management»: el coste. «Es positivo que se apoyen en el expertise de otros, pero el problema es que se acaba encareciendo el producto», cuenta. Porque si ya las comisiones de un fondo son altas si la gestión es activa, con la gestión discrecional supone añadirle una carcasa más. «No sé si justifica meter otra comisión de gestión por seleccionar a gestores», añade. En su opinión, solo tendría sentido si el inversor no tuviera acceso a la gestora original. Algo que, apunta, puede que cambie con el supermercado de fondos que estrenará BME. Precisamente para evitar ese problema, en Mapfre mantuvieron la comisión de gestión del MAPFRE Jubilación Activa, aunque les supusiera un menor margen.

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