Calma entre los profesionales: Sigue la apuesta por la Bolsa

Las gestoras internacionales no dan muestras de pánico. Al contrario, la mayoría llaman a la tranquilidad. Solo estamos ante una corrección más que esperada y los fundamentales sólidos prevalecerán

Cuesta creerlo, pero no está cundiendo el pánico entre los inversores profesionales. Tras vivir la peor caída en términos de puntos del Dow Jones anoche, la sensación general es que podría haber sido mucho peor. Los futuros venían anticipando un batacazo en el Ibex-35, propio de correcciones fuertes en mercados homólogos, pero pasada la media sesión el selectivo se deja "solo" un 2%. Para poner las cosas en contexto: el día de la victoria del 'Brexit' las caídas fueron del 12% para la Bolsa española y del 9% cuando quebró Lehamn Brothers. Hay que analizar fríamente las cifras. Como recuerdan desde el equipo de multi-activos de M&G, los movimientos en la renta variable solo supone retroceder a niveles de diciembre en el caso de la Bolsa norteamericana. "Con ganancias tan rápidas es frecuente ver retrocesos a la misma velocidad", comentan. 

Anoche volvió otro viejo amigo al parqué. El índice VIX se disparó hasta el 37% en un solo día. La volatilidad no se asomaba a estos niveles entre los inversores desde 2015. "Es importante recordar que era solo cuestión de tiempo que se produjera esta corrección. Los mercados financieros han estado mortalmente tranquilos durante mucho tiempo y esto nunca iba a durar", sostiene Andrew Milligan, director de estrategia global en Aberdeen Standard Investments.

El germen de este susto, irónicamente, nace de unas cifras macro muy buenas. La semana pasada se conoció el dato de empleo para enero en Estados Unidos. No solo se crearon más puestos de los esperados, sino que los salarios habían aumentado. Esto podría significar la llegada, al fin, de la inflación y, por lo tanto, de una Reserva Federal firme en su plan de subir los tipos unas 3 o 4 veces este año. No es que al mercado le preocupen los tipos más altos porque sí, sino, como explican Dave Lafferty y Esty Dwek Roditi, de Natixis Investment Managers, le preocupa que unos tipos más altos, una inflación creciente y una Fed más agresiva puedan ahorcar la expansión económica. Esto se nota en que los sectores más afectados han sido los más sensibles a la economía, como los industriales, las tecnológicas, la sanidad, las financieras y las energéticas. 

Como resume Rosa Duce, economista jefe de Deutsche Bank en España, la excusa vino de la continua subida de la rentabilidad de la deuda (llegó a tocar el 2,8% en el caso del 10 años americano la semana pasada, si bien ayer bajó al 2,7%), y del miedo a un potencial cierre de la Administración americana el día 8 de febrero (fecha en la que expira el acuerdo temporal alcanzado hace 15 días). Pero es que 2018 ya se presagiaba complicado. Es el primer año desde la crisis en la que los bancos centrales en su conjunto serán más restrictivos que acomodaticios. Por lo tanto, las caídas en los bonos eran de esperar. 

Lo que ha asustado es la virulencia con la que están retrocediendo. Quizás, cuenta Andrew Bresler, subdirector de ventas globales de APAC en Saxo Bank, dominadas por las ventas cuantitativas, es decir, causadas por la distorsión del mercado creada por los flujos pasivos de ETFs smart beta y los llamados robo-advisor. Lafferty y Dwek también huelen ese 'tufo' que emana de las estrategias sistemáticas de gestión del riesgo (systematic risk beta). Puede ser la razón por la que el Dow Jones se desplomó un 3% tan solo en 9 minutos, para luego recuperarse, y después volver a mínimos en la sesión. "esto nos huele a rebalanceo de ETFs al cierre de mercado más que a una respuesta a los fundamentales", defienden. 

La macro apoya comprar

Los fundamentales, es decir, lo que de verdad importa -la macroeconomía, los beneficios empresariales, la confianza del consumidor, etc.- siguen apoyando estar positivos con los mercados. Y entre la semana pasada y ahora, no ha cambiado nada. "El entorno macro es uno de los mejores que hemos visto en una década, por lo que no anticipamos grandes shocks económicos" sostiene Michael O'Sullivan, CIO de Credit Suisse banca privada. 

Stefan Hofrichter, jefe de economía global y estrategia de Allianz Global Investors, lo resume bien: "Es como un elástico. Cuando lo estiras demasiado inevitablemente se dispara de vuelta". Una corrección como la de ahora no debería ser sorpresa, defiende este experto. Sobre todo porque no hay señales de recesión ni de aterrizajes bruscos en países desarrollados. "El debate de hoy es si el aumento en la volatilidad del lunes despejó la baraja de posiciones cortas volátiles o si conducirá a una mayor compra de volatilidad para cubrir las posiciones implícitas de volatilidad a corto entre los inversores", plantea François Rimeau, responsable de Cross Asset de La Française AM. En su opinión, se ha producido una divergencia enorme entre los sólidos fundamentales del mercado y los precios de las acciones en renta variable durante los últimos días. "Pensamos que las actuales condiciones de mercado representan una oportunidad de compra", sentencia. "Si los inversores pueden sentirse cómodos con esta previsión, esto debería ser suficiente para contener las ventas y desencadenar un rebote. Lo peor que se puede hacer ahora es tener reacciones precipitadas", afirma en esa línea Milligan.

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