Claves de la semana: los inversores ponen sus esperanzas en los bancos centrales

El mercado monetario estadounidense descuenta rebajas de tipos por casi 100 puntos básicos y se prevé una pequeña variación de los tipos del BCE de unos 10 puntos básicos

En un entorno de debilitación de la dinámica económica y la persistente incertidumbre política, las esperanzas de los inversores vuelven a reposar en los bancos centrales. En efecto, el mercado monetario estadounidense descuenta rebajas de tipos por casi 100 puntos básicos en los próximos 12 meses, y también se prevé una pequeña variación de los tipos del Banco Central Europeo (BCE) de unos 10 puntos básicos, adentrándose más en terreno negativo. Asimismo, muchos participantes del
mercado esperan, conforme a las declaraciones del presidente del BCE, Mario Draghi, en Sintra, que se reactive el programa de expansión cuantitativa («QE») durante el próximo trimestre, es decir, nuevas compras de deuda pública y corporativa.

¿Cómo encajan estas expectativas de relajación monetaria bastante agresiva con la perspectiva igual de generalizada de que la
próxima recesión aún no es inminente? La respuesta es un recorte de los tipos preventivo (en inglés, «insurance rate cut»). Se espera que los bancos centrales sigan prestándose, de manera anticipada, a asegurar la continuidad del ciclo económico. Al analizar los ciclos de bajadas de tipos desde 1980 en Estados Unidos, hay cuatro episodios que podrían calificarse de rebajas preventivas de tipos en un entorno sin una recesión inmediatamente después, a saber, en los años 1984, 1987, 1995 y 1998. Algunas de estas se realizaron debido a conmociones del sistema financiero (como el crac bursátil de otoño de 1987), otras debido a una debilitación de los datos económicos (1984 y 1995). 

En general, las rebajas preventivas de tipos han ido precedidas de un fuerte deterioro de los indicadores económicos adelantados, como el clima empresarial y la confianza de los consumidores, mientras que los datos del mercado laboral aún no mostraban señales de debilidad. Los inversores tienen un buen recuerdo de estos episodios de recortes preventivos: los mercados de renta variable mundiales subieron en los doce  meses siguientes casi un 10% en promedio, mientras que cuando hubo rebajas en un entorno de recesión cayeron casi un 19%.

Su efecto sobre los bonos corporativos y "high yield" de Estados Unidos también fue positiva, pero dentro del segmento de renta fija, la deuda pública estadounidense se comportó especialmente bien. Esto concuerda con el entorno actual. ¿Vuelve a ser un buen momento para rebajar preventivamente los tipos? Los bancos centrales podrían encontrar una justificación para recortar los tipos en la desaceleración global de la confianza industrial, principalmente debido a la continua incertidumbre sobre la política comercial, así como en la caída de las expectativas de inflación basadas en el mercado. No obstante, hay que tener en cuenta dos aspectos:

En primer lugar, en el pasado, las rebajas preventivas de tipos de la Reserva Federal han ascendido como máximo a 75 puntos básicos, mientras que ahora los inversores del mercado monetario estadounidense ya anticipan más que eso, lo que refleja unos mayores problemas económicos. En segundo lugar, cabe cuestionar si una crisis de confianza causada por las disputas comerciales puede contrarrestarse rápidamente con la intervención de la política monetaria.

Claves de la próxima semana

Después de que la Reserva Federal confirmara de nuevo la semana pasada que permanecería vigilante ante los riesgos de desaceleración económica, a principios de la semana la atención se centrará en una serie de datos económicos de China, entre otros, la tasa de crecimiento del producto interior bruto del segundo trimestre (lunes). Como barómetro del clima de consumo europeo y las ventas del sacudido sector automotor europeo, se analizarán las matriculaciones de coches en Europa (miércoles). En EE. UU., se prestará atención a las ventas minoristas (martes).

La búsqueda de rendimiento continúa

Publicidad

Para no decepcionar las esperanzas excesivas de apoyo de la política monetaria, los bancos centrales no tendrán más remedio que pasar de las palabras a los hechos. No obstante, existen dudas sobre su efecto: no puede suponerse automáticamente que se aliviará con rapidez la crisis de confianza causada por la incertidumbre política. Estas circunstancias también podrían frenar la trayectoria del mercado de renta variable con respecto a situaciones comparables del pasado. Algo está claro: los tipos
no van a subir en los próximos tiempos y seguirá habiendo demanda de corrientes de ingresos
alternativas, como dividendos fiables. La búsqueda de rendimiento continúa.

Escrito por Stefan Rondorf

En portada

Noticias de