La FED y el BCE se enzarzan en una guerra de divisas encubierta
Los dos principales bancos centrales del mundo se han metido de lleno en una guerra de divisas encubierta y sin[…]
Los dos principales bancos centrales del mundo se han metido de lleno en una guerra de divisas encubierta y sin desearlo. Hoy la Reserva Federal ha dado un nuevo paso y ha materializado un recorte de los tipos de interés de 25 puntos básicos hasta un rango de entre el 2-2.25%, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) confirmó en la pasada reunión del 25 de julio que acometerá nuevas medidas de expansión monetaria en la reunión del 12 de septiembre, que incluirá la compra de bonos y la colocación de la facilidad de depósito en el -0,5%, aunque la podría escalonar para las entidades financieras. Pero, ¿cómo hemos llegado a esta situación cuando hace un año el propio BCE contemplaba subida de tipos en el primer semestre de 2019 e incluso la FED vaticinaba tres subidas más para este año?
La respuesta la encontramos en el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para los dirigentes de los dos bancos centrales. El dirigente americano es defensor de un dólar débil para potenciar la economía y favorecer las exportaciones del país.
Así, que por un lado ha tomado medidas activas, como ha sido el proteccionismo económico en el que se ha instaurado su administración con la puesta en marcha de una guerra comercial, especialmente con China, a base de aranceles. Y esto ha tenido consecuencias no solo en las bolsas, si no también en las perspectivas de crecimiento económico. La debilidad de la economía mundial causa pavor porque pueda llegar a convertirse en una recesión. Aunque de momento, y para Estados Unidos, esa probabilidad es más que lejana: la economía estadounidense crecerá un 2,6% este año y el paro se situará en el mínimo histórico en el 4%. Más claro ha sido el debilitamiento de la eurozona y la imposibilidad de que la inflación, que cerró junio en el 1,2%, alcance el objetivo del 2%.
Pero por otro lado, Trump también está obligando a llevar medidas encubiertas, bien a través de sus declaraciones cargando contra el presidente de la Fed, Jerome Powell, por no bajar los tipos, o bien a través de tweet.
Y finalmente está presión ha dado sus frutos, porque la bajada de tipos de la Fed no es más que una medida preventiva ante este debilitamiento económico, que no recesión y tendrá como principal consecuencia una bajada del dólar y un nuevo movimiento del BCE, que en las circunstancias en las que se encuentra la economía europea no puede permitirse una apreciación del euro.
El euro dólar marcó un 1,11%
Por poner un ejemplo, cuando Draghi intervino el pasado jueves, el mercado se sorprendió de la corrección que experimentó el par euro/dólar al aproximarse a la barrera de 1.11, con una apreciación de 0,7 puntos porcentuales que dejó, contradictoriamente, un balance positivo para el euro. Previsiblemente, esta barrera es un importante nivel psicológico marcado por los inversores como el valor más favorable. Sin embargo, con una inyección monetaria por parte del BCE en camino, y destinada a permanecer por un tiempo prolongado, la resistencia de la divisa a caer por debajo de este umbral podría ponerse a prueba. El agresivo giro de la política monetaria del BCE añade un sesgo marcadamente bajista a la moneda única en el corto y medio plazo.
Para los expertos de A&G Banca Privada, no consideran que hubiera sido un "disparate ese recorte de seguridad de 50 puntos básicos en los tipos de interés, pero más relevante aún que el movimiento de tipos será el mensaje". Sin embargo, este recorte de 25 puntos básicos le permitirá ganar tiempo y visibilidad sobre el ciclo, para poder tomar decisiones en el futuro con una información más completa.
Los expertos de Ebury insisten que con los "dos bancos centrales más importantes intentando añadir estímulos a su economía, y creen que el euro tiene posibilidades de apreciarse frente al dólar, ya que en EEUU hay mucho más margen para reducir tipos de interés". Y reiteran que los fuertes datos de crecimiento del segundo trimestre en EEUU parecían contradecir la visión pesimista dada por la Reserva Federal desde la última reunión del comité. El crecimiento ha mejorado las expectativas apoyado por unas cifras de consumo fuertes mientras la inversión de negocio iba un poco por detrás. Los datos de inflación también fueron favorables. Una economía de EEUU creciendo a niveles moderados con indicadores de inflación iguales o por encima del objetivo de la Reserva Federal no parecen indicar que sea necesario un estímulo mayor al recorte en los tipos que se ha producido hoy.
Sin embargo, desde Monex Europe el comunicado de la Fed puede convertirse en un arma de doble filo para el billete verde: si decepciona en cuanto a la magnitud de la flexibilización,reforzaría la senda alcista del billete.
¿Cómo reaccionará el mercado esta vez?
Los expertos de Unigestión piensan que la estrategia acomodaticia global de los bancos centrales debería apoyar las estrategias de carry. La flexibilización proactiva reduce el riesgo de recesión, lo que lleva a una menor probabilidad de incumplimiento crediticio y a una volatilidad reducida. Una combinación de un ciclo económico estable y una baja volatilidad realizada para los activos financieros mejora la rentabilidad/riesgo de estar expuesto a primas de riesgo e invita a ser más arriesgados.