Otra jornada más en la que los avances en Europa, que finalmente no fueron refrendados en EE.UU., volvieron a producirse por titulares. Todos en torno a lo mismo de qué forma se inyectan más liquidez al sistema.
El dólar se depreciaba hasta colocarse de nuevo por encima de los 1,2680 en niveles de cierre si bien no logró consolidar los máximos de la sesión que habían vuelto a situarse de forma clara sobre los 1,2700.