Tal y como esperábamos, la sesión de ayer se iniciaba de menos a más
incluso el primer recorte tras las palabras de siempre de Merkel: No a
los eurobonos, se lograban superar. Pero el jarro de agua fría que
supuso la falta de demanda para la subasta de deuda alemana, que quedó
sin colocar más de un 39% de lo presupuestado, sentó muy mal. Serio
aviso también para Alemania y su presión.