Jubilación. Prepárese para trabajar más años y cobrar menos pensión
La edad de retiro se retrasa hasta los 66 años y se endurecen los requisitos para calcular las prestaciones
2021 será un año clave para el sistema público de pensiones y para los nuevos jubilados. No solo porque en él se aprobará la nueva reforma de las pensiones que está diseñando el Gobierno, a instancias de Bruselas, para dotar de sostenibilidad al sistema, sino porque se endurecerán los requisitos exigidos para acceder a la jubilación y para calcular la cuantía de las pensiones.
Estas medidas forman parte de la reforma de las pensiones que entró en vigor en 2013 y que se están aplicando gradualmente hasta 2027.
Van encaminadas a reducir los gastos de la Seguridad Social, que este año cerrará con un déficit récord cercano a los 45.000 millones de euros, lo que supone el 4,1% del producto interior bruto.
Trabajar hasta los 66
Entre los cambios que se implantarán a partir del 1 de enero de 2021 destaca retrasar la edad de jubilación hasta los 66 años para poder acceder al cien por cien de la pensión de jubilación.
No obstante, hay excepciones, ya que podrán jubilarse a los 65 años y con su pensión íntegra aquellos trabajadores que hayan cotizado como mínimo 37 años y 3 meses.
Hasta 2020, el trabajador que deseaba jubilarse con la totalidad de su pensión tenía que haber cumplido 65 años y 10 meses. También podían retirarse a los 65 años con 37 años cotizados como mínimo.
Los años en activo continuarán aumentando de forma progresiva hasta alcanzar los 67 años en 2027 o tener 65 años y haber cotizado como mínimo 38 años y 6 meses para recibir el total de la pensión.
En opinión de Isabel Casares, secretaria general de la Organización de Consultores de Pensiones (OCOPEN), “estos cambios vienen generados por la necesidad de mejorar el sistema público de pensiones”.
Nuevo cálculo de las pensiones
Otro cambio que entrará en vigor en 2021 está relacionado con el cálculo de la cuantía de las pensiones. Para calcular la prestación hay que tener en cuenta las bases de cotización de los últimos años de la vida laboral del trabajador.
Hasta 2020 se contabilizan los últimos 23 años y en 2021 se tendrán en cuenta los últimos 24 años cotizados e irán aumentando hasta los 25 años en 2022, lo que generará una merma en las pensiones a recibir por los nuevos jubilados.
Según Rafael Villanueva, manager retirement de Willis Towers Watson España, “este tipo de reformas contribuyen a aliviar el déficit de las cuentas de la Seguridad Social sacrificando cierta suficiencia para tener un sistema más sostenible”.
A su juicio, resuelven una parte del problema que afronta el sistema, pero “distan mucho de ser un verdadero cambio hacia modelos más transparentes, flexibles y con mayor equidad actuarial que pudieran conformar un nuevo sistema de pensiones para las próximas décadas”.
Pone como ejemplo de sistema óptimo las cuentas nocionales que “sin renunciar al principio de solidaridad intergeneracional, ofrecen una relación mucho más clara entre contribuciones y prestaciones y podrían permitir una mayor flexibilidad en el acceso a la jubilación, no solo para anticiparla, sino para demorarla. Un punto importante en este entorno de mayor longevidad”.
Castigo a la jubilación anticipada
Con el objetivo de hacer sostenible el sistema público de pensiones, en 2021 también se dificultará el acceso a la jubilación anticipada.
Esta fórmula da hasta ahora la posibilidad de retirarse dos años antes de la edad ordinaria de jubilación. Para ello hay que cumplir ciertos requisitos legales e implica ver penalizada la nómina de la pensión por la incorporación de coeficientes reductores.
Para acogerse de forma voluntaria a la jubilación anticipada hasta este año era necesario haber cumplido la edad mínima establecida de 63 años y 10 meses y haber cotizado a la Seguridad Social 36 años, de los que dos debían encontrarse dentro de los 15 últimos años.
El año que viene los trabajadores que quieran acogerse a ella deberán haber cumplido los 64 años y la edad irá aumentándose hasta los 65 años en 2027.
Uno de los inconvenientes de adoptar la jubilación anticipada por parte de los que cumplen los requisitos exigidos es el hachazo que esta decisión va a asestar a sus pensiones.
Para calcularlas, la Seguridad Social aplica unos coeficientes reductores en función del tiempo cotizado y del tiempo que se adelante la jubilación. Cuanto más tiempo quede para el retiro, mayor será el coeficiente y menor la pensión.
“Estos coeficientes pretenden compensar el hecho de que aquellos que se jubilan con antelación van a percibir la pensión durante más años, por lo que la cuantía mensual deberá ajustarse a la baja para hacer equivalente el monto global”, apuntan fuentes del Instituto BBVA de Pensiones.
Los coeficientes correctores se aplican por cada trimestre que se adelante la jubilación y en función del tiempo que se haya cotizado.
Si el periodo cotizado es menor de 38 años y 6 meses, el coeficiente de reducción trimestral es del 2%. Sube al 1,875% si el tiempo cotizado va de entre 38 años y seis meses a 41 años y seis meses. Alcanza el 1,750% si oscila entre 41 años y 6 meses y 44 años y 6 meses, y el 1,625% si supera los 44 años y 6 meses.
Según Isabel Casares, “ante la actual situación del sistema público de pensiones, parece razonable penalizar las jubilaciones anticipadas e ir retrasándolas periódicamente, ya que generan un desembolso anticipado de las pensiones de jubilación previstas, por ello se establecen porcentajes de reducción de las bases reguladoras lo que da un respiro al sistema”.
Una buena noticia
Pero 2021 no solo traerá malas noticias para los jubilados. El Gobierno prevé subir las pensiones un 0,9% el próximo año con el objetivo de mantener el poder adquisitivo de los pensionistas, según recoge el Plan Presupuestario de 2021 que el Ejecutivo ha enviado a Bruselas.
Esta subida del 0,9% se debe a la previsión de inflación que el Gobierno ha calculado para 2021 y es la misma que el Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos aprobó para 2020.