Netflix e IBM, cara y cruz del sector tecnológico

La plataforma de vídeo en streaming sigue ganando en usuarios aunque suba los precios y continúa teniendo buenas perspectivas. Los números de uno de los clásicos de la tecnología, en cambio, muestran que su adaptación a la nueva era no está siendo fácil.

Netflix e IBM son la cara y la cruz de los resultados de las tecnológicas americanas. La primera se disparó un 9,20 por ciento el 17 de abril tras conocerse sus cifras del primer trimestre en el que fue su segundo avance más importante del año y uno de los mayores ascensos del último lustro. Con ese impulso, el valor marcó un nuevo máximo histórico. La segunda sufrió el 18 de abril un descenso del 7,5 por ciento, el mayor desde el 19 de abril de 2013, tras hacer públicos sus números, para marcar su nivel más bajo desde el pasado mes de septiembre. 

¿Qué fue lo que marcó el importante ascenso de Netflix y el estrepitoso descenso de IBM?

Carlos Camacho, de Caja Rural, comenta que lo determinante en el caso de Netflix fue el crecimiento de usuarios fuera de su mercado local. «Cinco de los más de siete millones de suscriptores nuevos de Netflix se encuentran fuera de EE.UU.», añade Alexander Londoño, de ActivTrades. La compañía cuenta ya con 125 millones de usuarios a nivel global, gracias a la amplitud y a la profundidad de su contenido, así como a su producción propia. 

Wing-Yen Choi, analista de Financiële Diensten Amsterdam (FDA), resumía en un informe las bondades de las cuentas de Netflix: la compañía se comportó bien en el primer trimestre dado que el crecimiento del número de suscriptores se mantuvo fuerte a pesar del incremento de los precios en algunos de los principales países en los que opera. Así, las ventas crecieron un 43 por ciento, en el que fue su mejor trimestre desde 2007, fruto de la combinación del aumento de los precios, lo que ha mejorado el ingreso medio por cliente en un 14 por ciento, y del incremento del número de suscriptores (7,4 millones), sobre todo gracias al segmento internacional. De hecho, Choi destaca que el negocio fuera de EE.UU. ya explica casi la mitad de los ingresos de la compañía y un 55 por ciento de los miembros. Según el experto de FDA, el crecimiento de las ventas y la mejora de los márgenes explican que el beneficio por acción haya pasado de los 0,41 dólares por acción en el primer trimestre de 2017 hasta los 0,67 dólares del mismo periodo de este año. 

Londoño señala cómo su beneficio neto de 290 millones de dólares superó la cifra de todo 2016. Y, además, si logra cumplir su objetivo de ganar 358 millones en el segundo trimestre, la primera mitad de 2018 superaría la cifra de 2017.

Más crecimiento y más retos

Para el segundo trimestre, Netflix espera que siga el crecimiento, con un incremento del 41 por ciento en las ventas, mejoras en el margen operativo y la suma de 6,1 millones nuevos suscriptores (frente a los 5,2 millones del mismo trimestre de 2017). Pero también ha advertido de que le será difícil mantener en la segunda parte del año el nivel de avance de la primera, debido a que a partir de mediados de 2018 su inversión en contenidos aumentará. 

En este ejercicio, la empresa espera gastar entre 7.500 y 8.000 millones de dólares en series, películas y documentales, también locales, en cada uno de sus mercados, como España o Italia y hasta en 17 países, para procurar que continúe aumentando su base de clientes. Ahí reside uno de los peligros que enfrenta la compañía: «Aunque la creación de contenido original ha sido uno de los directores del crecimiento de Netflix, ello incrementa los riesgos de la inversión, dado que el éxito de los nuevos proyectos no está garantizado. Aunque la economía de escala de Netflix mitiga estos riesgos, dado que es capaz de lanzar sus series originales a todo el mundo», señala Choi. El gran volumen de inversiones que planea también eleva los riesgos financieros: así la generación de caja, según los cálculos del experto de FDA, va a ser negativa en los próximos años: en 2018, sin ir más lejos, la propia compañía prevé que los números rojos pueden oscilar entre los 3.000 y los 4.000 millones. Netflix quema mucha caja para lograr aumentar su base de clientes. Pero esto no se puede mantener eternamente. 

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Poco potencial

Los consejos de los analistas son favorables, pero no le ven mucho potencial. Así, de los 44 expertos que participan en el consenso, 25 aconsejan comprar, sólo tres vender, y el resto, mantener, pero creen que cerca de los 330 dólares comienza a cotizar por encima de su valor razonable. Bien es verdad que hay firmas que colocan sus valoraciones por encima de esas cifras, como Morgan Stanley, que sitúa su precio «justo» en los 370 dólares; JP Morgan, en los 385; y Goldman Sachs, en los 390. 

JP Morgan, antes de los últimos resultados de la empresa, la valoraba en los 328 dólares. Esa mejora de su valoración se debe a que, según el último informe del banco, la compañía ejecuta sus planes «extremadamente bien», lo que la convierte en la mejor historia de crecimiento del sector tecnológico. Los analistas de JP Morgan añaden: «Creemos que Netflix tendrá mayor poder de precio a medida que el producto mejore. 2018 podría ser el año que marque el pico en cuanto a los números rojos en generación de caja negativa. Además, Netflix no está sometida al escrutinio regulatorio, a diferencia de otras grandes compañías de internet».

Los expertos de Pivotal, más optimistas con la compañía, ya que acaban de elevar su precio objetivo desde los 400 hasta los 420 dólares, valoran tanto que esté consiguiendo incrementar de manera muy importante el número de usuarios, como también que lo esté logrando gastando menos de lo esperado. Además, destacan que esté operando en un ciclo virtuoso: a medida que crecen sus suscriptores y lo hacen sus ingresos medios, más puede invertir, lo que a su vez incrementa su base de clientes y eleva las barreras de entrada para el resto de competidores. La firma detecta un puñado de riesgos: la empresa necesita continuar demostrando crecimiento en el número de usuarios; además, las grandes compañías del sector de los medios de comunicación están intentando colocarse en una mejor posición para competir contra Netflix, aunque la competencia también incluye a Amazon; así como la eliminación de la neutralidad de la red en EE.UU., lo que puede elevar los costes operativos; por no hablar de las siempre impredecibles decisiones de los clientes. 

¿Qué le pasó a IBM?

Su fuerte caída el día de la presentación de resultados se debió a que se puso en duda su incipiente historia de recuperación, debido a la reducción de sus márgenes (contra lo prometido por su equipo gestor) y a la ausencia de crecimiento en sus ingresos sin efecto divisas. La última cuenta de resultados de la compañía extiende una sombra sobre sus esfuerzos y su capacidad de vender más software en la nube, un negocio más rentable que el suyo tradicional, y revivir su crecimiento después de cinco años de caídas de ingresos. Aunque las dudas duran ya tiempo: la mejora de los ingresos del último tramo de 2017 se debió, más que a los nuevos negocios, a la demanda cíclica de su producción más convencional de ordenadores. Las dudas son ahora mayores, porque en el arranque de 2018, el crecimiento del negocio en la nube fue aún inferior al medio del año pasado, lo que pone un signo de interrogación sobre el modelo híbrido de IBM, la mezcla de lo viejo y lo nuevo, según Anurag Rana, de Bloomberg Intelligence. Los inversores vigilan que la compañía crezca en su software novedoso y en su división de servicios para contrarrestar el declive de las ventas de hardware. Y lo que ocurre por ahora es que la empresa aumenta sus inversiones en las tecnologías emergentes, pero las ventas crecen en los negocios con márgenes más bajos. Aunque la compañía acertó en la dirección de su transformación, su renacimiento aún está por ver. Y Daniel Ives, de GBH Insights, avisa de que la paciencia del mercado se está acabando. 

La empresa decepcionó en sus resultados y también en sus perspectivas: el consenso esperaba que la compañía elevara su previsión de beneficio, pero lo mantuvo en 13,80 dólares por acción.

Los expertos de JP Morgan señalan en un informe que los resultados no fueron tan negativos como se desprende de los titulares, aunque reconocen que la compañía tiene mucho trabajo que hacer para lograr generar un crecimiento sostenible en ingresos en sus negocios de software y de servicios a empresas, así como para conseguir expandir sus márgenes de manera significativa. De ahí que la firma haya reiterado su recomendación de «neutral», aunque ha rebajado su precio objetivo desde los 167 hasta los 161 dólares.

Los expertos de Pivotal son más optimistas, recomiendan comprar y han mantenido su valoración en los 180 dólares. Señalan que en el recorte sufrido pudo influir que en las dos semanas previas a la presentación de resultados sus acciones subieran un 12 por ciento. 

Todo el consenso da precios objetivos por encima de los actuales. De media, le dan un potencial del 18 por ciento.

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