Bitcoin. La llegada del dinero institucional hace aguas
El bitcoin no puede retomar el rally alcista. El dinero institucional comienza a mostrar síntomas de fatiga
El bitcoin se empleó a fondo para recuperar el nivel de los 34.000 dólares, pero los perdió a las primeras de cambio. Tras unos fines de semana salvajes y de alta volatilidad, la moneda digital más popular del mundo volvió a a las caídas entre serias dudas sobre el papel del dinero institucional
Recientemente, los analistas de JP Morgan apuntaron que la recuperación de los 40.000 dólares es un requisito imprescindible para poder evitar más caídas. El problema es que el bitcoin parece haber sobrepasado todos los límites de la especulación.
Los creyentes del rally confiaban en el papel del dinero institucional como elemento dinamizador. Y aquí hay un gigante por encima de todos, el fondo de Grayscale en bitcoins, que comienza a arrojar señales inquietantes.
Según recuerdan los expertos del banco estadounidense, el ritmo de los flujos de capital que se dirigen hacia este fondo “parecen haber alcanzado su pico máximo”, de acuerdo con las lecturas de las medias móviles de cuatro semanas.
Caídas del 22% para el fondo Grayscale Bitcoin Trust
Con estos datos sobre la mesa, el fondo Grayscale Bitcoin Trust experimentó una caída del 22% en las dos semanas previas al 22 de enero. Aunque a un año todavía gana el 7,6%, a una semana las pérdidas alcanzan el 12,4%.
Evidentemente, las caídas que experimentó el bitcoin en la segunda semana de enero, superiores al 20%, pasaron factura no solo al fondo de Grayscale sino al resto del mercado criptográfico.
"Por el momento, el impulso del flujo institucional detrás de Grayscale Bitcoin Trust no es lo suficientemente fuerte como para que el bitcoin supere los 40.000 dólares", dijeron los estrategas de JP Morgan.
De esta forma, el riesgo es que los “traders de momentum” continúen “deshaciendo sus posiciones en los futuros del bitcoin”, añadieron estos expertos.
El bicoin se desinfla desde máximos
Lo cierto es que el bitcoin perdió mucho impulso desde que alcanzara los 42.000 dólares el pasado 8 de enero. Faltó tiempo para que los detractores alzaran la voz avisando de que la moneda digital se movía en un entorno de burbuja, como sucedió a finales de 2017.
Tampoco ayudó la investidura de Joe Biden el pasado 20 de enero. Los inversores temen que el escrutinio regulatorio de la nueva administración estadounidense sea mucho más intenso con los activos criptográficos.
Bien claro lo dejó la nueva secretaria del Tesoro, Janet Yellen, cuando recordó en su primer discurso que el bitcoin podría servir para financiar actividades terroristas o el lavado de dinero.
Sus palabras sonaron algo más suaves que el ataque lanzado por la presidenta del BCE, Christine Lagarde, pero no dejaron de resultar inquietantes, por mucho que Yellen se esforzara en defender el uso de las criptodivisas en actividades legales.
Los riesgos siguen sesgados a la baja
En un ambiente de mayores dudas por lo excesivo de las subidas, los inversores se mueven ahora con mucha más cautela. “El balance de riesgos a corto plazo todavía está sesgado a la baja", argumentan en JPMorgan.
Uno de los argumentos que ha impulsado el reciente rally es la posibilidad de utilizar el bitcoin como activo para diversificar las carteras y elemento de cobertura. Ello explicaría la reciente llegada del dinero institucional.
El debate de posturas a favor y en contra es muy intenso, pero incluso este novedoso papel se está poniendo en tela de juicio. “Es un instrumento especulativo que en última instancia carece de toda seguridad jurídica, que no puede ser realmente valorado”, argumenta Chris Iggo. CIO de la gestora de fondos AXA IM.
En esta línea, el bitcoin es la "cobertura menos confiable durante períodos de tensión aguda del mercado", escribieron los estrategas de JP Morgan John Normand y Federico Manicardi en un reciente informe.
Más correlación entre el bitcoin y los activos cíclicos.
En los últimos años, el bitcoin ha estado muy poco correlacionado con otros refugios clásicos, como el oro o el yen japonés. Sin embargo, recientemente, la dinámica ha cambiado y el bitcoin se está moviendo más a la par que el resto de mercados cíclicos.
"Si se mantiene, esta tendencia podría erosionar el valor de la diversificación con el tiempo", argumentaron Normand y Manicardi.
Por el contrario, los defensores del bitcoin como activo de cobertura y depósito de valor destacan el papel de su política monetaria, inmutable, lo que impide que la moneda se deprecie mediante inyecciones de liquidez.
Apodado en los últimos meses como el nuevo oro digital, el bitcoin fue capaz de canalizar todo este flujo de dinero institucional. Ahora, la continuidad del rebote dependerá de que estas entradas del “dinero con mayúsculas”.
La competencia del ether cada vez es mayor
Tampoco hay que olvidar que al bitcoin le ha salido un rival cada vez más brillante, el ether, la moneda de la red Ethereum. Según explicó uno de los gigantes del sector, el bróker Coinbase, el bitcoin sigue siendo el favorito pero los inversores institucionales cada vez están dedicando más invesiones al ethereum.
De hecho, este moneda digital es ya la segunda más importante por capitalización, e incluso se anotó un rally el año pasado del 487%, porcentaje que superó al 305% que se revalorizó el bitcoin.
Las apreciaciones de Coinbase reflejan que los inversores institucionales podrían tener un plan alternativo para evitar tener que poner todos los huevos en la cesta del bitcoin.
Ethereum es una plataforma de 'blockchain' que permite la ejecución de los llamados "smart contacts" o contratos inteligentes, de manera completamente descentralizada. Es un paso de gigante hacia el desarrollo de la propiedad digitalizada.