Abengoa se salva en México a la espera de España
Abengoa reestructura su deuda en México, un pasivo de 155 millones de euros, mientras negocia con la banca acreedora para salvar la compañía en España
Abengoa se salva en México gracias a lograr la reestructuración de su deuda, 155 millones de euros, al aprobar la justicia mexicana la modificación del convenio concursal suscrito hace dos años y modificado el pasado curso.
El nuevo convenio se aprobó en noviembre del año pasado por el 80% de los acreedores tras presentar la empresa sevillana un plan de negocio sobre la viabilidad de la filial en el país.
Ahora, el Juzgado Sexto de Distrito en Materia Civil de la Ciudad de México aprueba el pacto con los acreedores e implica que la deuda remanente será amortizada a través de un mecanismo de repago vigente durante los próximos nueve años.
Fuentes de la compañía aseguran a Efe que esta sentencia es un “importante punto de partida para el reimpulso de Abengoa en el país y la puesta en marcha del plan de negocios” para una geografía donde Abengoa opera desde hace 40 años siendo esta estratégica para la empresa.
El grupo sigue en el aire
Abengoa maquilla una pequeña parte del daño financiero que tiene el grupo, pues su solvencia aún está en el aire. La noticia se conoce justo el día en que la directiva aseguró que sería el último para lograr la reestructuración.
Ahora, tras no lograr los, mínimo, 550 millones de euros para evitar la quiebra, estira las negociaciones con los acreedores y apuntan que, como el plazo no era oficial sino una intención, mantiene las conversaciones.
Unas conversaciones que versan ahora, según pública El Economista, por entregar a sus acreedores el 90% de Abenewco, la filial donde se aglutinan la mayoría de sus activos y que tiene un patrimonio positivo.
Como contrapartida, la banca acreedora y los tenedores de bonos deberán inyectar nueva liquidez de hasta 3.000 millones de euros por la emisión de 2019 y los 550 que necesita para continuar con su actividad.
Ya el pasado curso la empresa sevillana entregó el 22,5% de esta división a siete fondos y entidades enfrascadas en el accionariado y reestructuración de la compañía: Banco Santander, Bankia, KKR, Blue Mountain, Crédit Agricole, Signature y Alden.
Sin noticias en la CNMV
Gracias a esta propuesta las negociaciones seguirían abierta en una jornada donde debe presentar ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sus cuentas.
La última comunicación de Abengoa, hasta conocerse la sentencia de México, fue el anuncio de que no tenía liquidez suficiente para pagar la mayor parte de las nóminas de junio a sus 14.025 trabajadores repartidos por el mundo, de los cuales 2.500 están en España.
El objetivo de la compañía era lograr un crédito ICO con el apoyo de la banca del IBEX menos el Banco Sabadell -Banco Santander, BBVA, Caixabank, Bankia y Bankinter, y Cesce. Y es que la banca del IBEX es a su vez partícipe de la empresa, con la entidad presidida por Ana Botín como máxima accionista.
La intención inicial de Abengoa era convencer a banca y Estado de un plan a largo plazo, hasta 2028, donde ya avisa que tanto ventas, caja y ebitda podrían reducirse en un 25%.
Un ojo en KKR
Otros de los motivos que esgrimía la compañía para acudir a sus principales accionistas era que la pandemia les cerró cualquier otra vía de financiación y la única opción que queda es la disolución.
Así, el Santander y KKR son los que llevan la voz cantante en las negociaciones al poseer la gran parte de deuda de la compañía y ser los principales accionistas.
En un principio, a cambio de asumir más riesgo financiero y dejar la deuda por debajo de los 1.000 millones, Abengoa ofreció a ambos quedarse con una participación del 19% y del 16% respectivamente, pero parece que la oferta no convenció.
Mejora en las cuentas
La última noticia que tiene la CNMV de Abengoa es, precisamente, sobre resultados. En este caso, los correspondientes a 2019.
En ellos, su ebitda se disparó un 60% hasta los 300 millones de euros y consiguió reducir las perdidas hasta los 517 millones de euros, frente a los 1.500 del curso anterior, gracias a la entrada de grandes contratos desde 2017.
También recortó gastos, un 9% y las ventas crecieron un 15%, hasta los 1.493 millones de euros. Aumentó la deuda hasta los 5.950 millones de euros, un 5% más, aunque dentro de esta deuda están las sociedades que quiere vender. La cuestión es que por el Covid-19 las ventas se complican y, por ende, la reducción de deuda.