Aviso de la CNMV. La banca encuentra el modo de endosar productos inadecuados

La CNMV detecta mala praxis en la banca española para endosar a los clientes productos inadecuados y amenaza con sancionar a las entidades que no evalúen bien a los ahorradores

Sin riesgo no hay rentabilidad. Este lema lo repiten sin descanso los asesores y gestores financieros desde que en 2016 el BCE bajara los tipos de interés al cero por ciento, y tienen razón.

Los depósitos que hasta entonces eran productos rentables han dejado de serlo. La rentabilidad media para los de hasta un año ronda el 0,03% y para los de más de dos años no supera el 0,08 por ciento, rendimientos que no baten la inflación, que en enero alcanzó el 1,1%.

Esta penuria de retornos hace que las entidades financieras animen a sus clientes a asumir más riesgo, principalmente invirtiendo en fondos, pero no solo para que logren mayores retornos sino por su propio interés, ya que los fondos soportan comisiones más elevadas que los depósitos, lo que mejora los márgenes de la banca.

Y estos consejos surten efecto. En el 2019 los fondos de inversión alcanzaron un nuevo récord en patrimonio tras cerrar el año con un volumen de activos de 275.690 millones de euros, un 7% más que en diciembre del 2018.

Y parte de ese capital procedía de los 842.000 millones de euros que las familias tienen en depósitos y cuentas a la vista en España.

Pero alentar a los ahorradores a invertir en activos más arriesgados de lo que les permite su perfil puede resultarles caro, como pasó a finales del 2018 cuando muchos ahorradores que se habían convertido en partícipes de fondos salieron de su inversión con pérdidas, huyendo de la caída de los mercados y sin poder beneficiarse de la remontada del 2019.

“Animar a los ahorradores a convertirse en partícipes tiene mucho riesgo porque muchos de ellos apenas tienen experiencia en productos que van más allá de una cuenta remunerada o un plazo fijo. Cuestiones como la liquidez, la  fiscalidad o el riesgo muchos de ellos las desconocen”, asegura Estefanía González, portavoz de finanzas personales de Kelisto.

El tema se agrava cuando los ahorradores se exponen a mayor riesgo debido a que los asesores y gestores no les realizan adecuadamente las pruebas de idoneidad exigidas por MIFID II para reforzar su protección.

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Esta prueba sirve para delimitar el perfil de riesgo del inversor y con él se establece el máximo riesgo que está dispuesto a asumir al valorar una alternativa de inversión para sus ahorros. A veces esta evaluación es un puro trámite, como reconocen algunos asesores, y se producen irregularidades.

Así lo ha reconocido la CNMV, que en el 2019 identificó numerosos casos en los que la información obtenida por bancos y empresas de servicios de inversión para evaluar la idoneidad de las operaciones de sus clientes minoristas sobrevaloraba su formación, conocimientos financieros y experiencia inversora.

Bajo control

Según el supervisor esto afectó a un “alto número de clientes” a los que se vendieron o recomendaron productos inadecuados para su perfil. Para acabar con estas irregularidades la CNMV ha amenazado con imponer sanciones a las entidades que las cometan.

Carlos García Ciriza, presidente de Asociación Española de Empresas de Asesoramiento Financiero (Aseafi) y socio de C2 Asesores Patrimoniales EAF, reconoce que existe esa “mala praxis” por parte de algunas entidades.

“Se produce por que las entidades ganan más al recomendar estos productos porque son suyos o perciben comisiones por su comercialización”, apunta García. Para evitarlo aconseja ser “especialmente cauteloso con este tema y no empujar a los clientes a perfiles que no les corresponden”.

Las irregularidades detectadas por la CNMV demuestran que las pruebas de idoneidad no son suficientes para proteger al pequeño inversor.

En opinión de García Ciriza, “la prueba sirve para conocer el perfil del cliente, pero es insuficiente. La calidad del asesoramiento depende del grado de conocimiento que se tiene del cliente y eso no se consigue con una prueba”.

También Patricia Suarez, presidenta de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin), señala que existen evidencias de que se han llevado a cabo "malas prácticas bancarias al comercializar vehículos de inversión a perfiles que no cumplían con los requisitos de asunción de riesgos que éstos precisaban". 

Altas comisiones en juego

Por ello, lograr que las pruebas se realicen correctamente es esencial, apuntan los expertos, sobre todo cuando atraer a sus clientes de depósitos hacia fondos se ha convertido en el objetivo de gran parte de la banca.

Es el caso del Santander y Bankia, que consiguieron este propósito al acaparar el 70% de las ventas de fondos de inversión en el 2019 y sumar cerca de 2.300 millones en suscripciones netas en fondos.

Bankia se marcó en su plan estratégico 2018-2020 incrementar las operaciones fuera de balance, frente a la comercialización de depósitos y cuentas corrientes, y elevar su cuota de mercado en fondos hasta el 7% entre particulares, lo que ha conseguido un año antes de lo previsto.

El Santander ha seguido una estrategia similar y ha captado nuevos partícipes de fondos de inversión arrebatados a la competencia y procedentes de sus clientes de depósitos. Además, ha lanzado en el 2020 una campaña destinada a clientes de depósitos con un determinado perfil para que inviertan en activos de riesgo.

Esta campaña ha sido bien acogida por el sector, ya que solo está dirigida a clientes con un perfil adecuado a los productos ofrecidos. A juicio de Javier Niederleytner, profesor del máster en bolsa y mercados financieros del IEB, la asunción de mayor riesgo por parte de determinados ahorradores no es negativa si su perfil se lo permite.

 "Hay perfiles conservadores para los que es positivo invertir en fondos, porque si un inversor quiere lograr rentabilidad tiene que ser consciente de que debe asumir algo de riesgo". 

"Pero no significa que tenga que asumir demasiado, solo el adecuado a su perfil, ya que hay fondos para perfi les conservadores que dan rentabilidades del 1 o 2%. Lo que tiene que hacer es acudir a un buen asesor que le diga cuáles son los fondos adecuados a su perfil y cuáles no", concluye Niederleytner.

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