Acciones constructoras en rojo: ¿cuáles son una oportunidad?
Por su habitual elevado nivel de endeudamiento, éste es otro de los sectores que se ve afectado por la dinámica al alza de los tipos de interés. Pero algunas empresas también se ven penalizadas por su actividad corporativa o por sus resultados.
Entre los diez peores valores del Ibex-35 en este 2018 nos encontramos con dos constructoras, ACS, que pierde un 7 por ciento, y Ferrovial, que se deja un 9 por ciento. En el Mercado Continuo, el tercer valor que más cae de todos es OHL, con un descenso de más de un 20 por ciento. Sacyr también está en rojo (baja un 4 por ciento), por lo que sólo se salva FCC. ¿Qué está pasando en el sector de la construcción? Ángel Pérez, de Renta 4, señala que hay un problema que tienen en común: son empresas que trabajan con mucho apalancamiento y por eso este entorno de subidas de tipos de interés les perjudica. Pero, además del contexto general, cada una de ellas tiene sus propias razones para estar pasándolo un poco mal este año. Aunque en varias lo que puede estar gestándose es una oportunidad de compra.
ACS y la opa sobre Abertis
A ACS, según coinciden los analistas, le ha estado pesando la oferta que su filial Hochtief lanzó sobre Abertis. Como explicaba Alfredo del Cerro, de Banco Sabadell, había muchas incertidumbres sobre la operación: si Atlantia elevaría finalmente el precio, o no, para competir con la oferta que presentó el grupo español después de la suya; si a continuación ACS haría lo propio; si se desataría una guerra de ofertas; si se llegaría a la fase de sobres cerrados... La duda, en definitiva, estaba en si ACS se terminaría quedando con Abertis y a qué precio lo haría. Por eso, aunque Del Cerro cree que por fundamentales ahora mismo la acción es una clara compra, hasta que no se despejen las incertidumbres había que mantener la cautela.
Tras conocer esas opiniones no sorprendía que la cotización de ACS despertara una vez que se conocía que en lugar de competir con el grupo italiano cooperaría con él para hacerse conjuntamente con Abertis. De ahí que se hicieran valer las virtudes que los expertos ven en la compañía: crecimiento, buenos resultados, acertada diversificación geográfica. En dos días, entre el jueves y el viernes, sus títulos se dispararon más de un 10%, aunque todavía cae un 7% en el año.
Aún tiene potencial: de acuerdo con el consenso de analistas, de más de un 15% hasta su precio objetivo, que sitúan en los 35,21 euros.
Ferrovial: una apuesta más clara
Ángel Pérez, de Renta 4, señala que a esta compañía le han podido penalizar las dudas sobre la evolución de los márgenes durante este año, debido a la entrada de nuevos proyectos que llevan consigo inversiones previas que merman su rentabilidad inicial, así como a la salida de proyectos más maduros y, por tanto, más rentables. Además, afirma que el mercado no tiene en cuenta que a esta empresa en concreto le benefician las subidas de los tipos de interés, porque son éstas las que mueven al alza las tarifas de las autopistas. Pérez cree que los grandes fondos han deshecho posiciones en esta compañía sin tener esto en consideración. Por ello, en su opinión, la caída de sus acciones no está justificada y opina que, sobre todo con vistas al largo plazo, constituye ahora mismo una oportunidad de compra. De la misma opinión es Jesús Amador, que añade que Ferrovial cuenta con activos de gran calidad con financiación a largo plazo en cuya valoración no debería influir el movimiento coyuntural de los tipos o de las divisas (la debilidad del dólar es otro elemento que le ha podido perjudicar). «El mercado ha tenido una reacción visceral», afirma Jesús Amador, de Bankinter,
Patricio Garbisu, de Norbolsa, agrega que es posible que al mercado le haya preocupado la rebaja de sus guías en las actividades de construcción y servicios, sobre todo en Reino Unido, debido a las restricciones presupuestarias y a la elevada competencia que merma márgenes y que le hace al grupo ser muy selectivo con los proyectos por los que puja. A ello hay que sumar que la compañía adquirida en Australia, la también prestadora de servicios Broadspectrum, ha finalizado un contrato importante, bien es verdad que la empresa ha presentado un plan de reajuste para reducir al mínimo el impacto. En todo caso, como señala Garbisu, la de construcción y la de servicios son áreas que pesan muy poco en comparación con la que constituye el grueso de su actividad: las infraestructuras, que van muy bien. De ahí que también considere el castigo en sus acciones excesivo y que ha generado una ocasión para tomar posiciones.
También para Cantos es una oportunidad de compra. Argumenta que si se valoraran sus autopistas como las de OHL y Abertis en las sendas operaciones corporativas que ha realizado la primera o que se cierne sobre la segunda, debería valer «no ya 25 euros, pero sí 23 y decididamente más de 20 euros por acción», afirma. Ahora mismo, apenas supera los 17 euros. Para Ignacio Cantos, la de Ferrovial es una apuesta estructural de su cartera desde que se llamaba Cintra.
OHL no levanta cabeza
Si respecto a ACS y a Ferrovial existe un cierto consenso entre los analistas, no ocurre lo mismo cuando les preguntamos sobre OHL. Aquí las opiniones son más diversas.
Si la compañía se hundió nada menos que un 17 por ciento el 1 de marzo cuando presentó sus resultados de 2017 fue porque, como explica Amador, fueron malos y porque con ellos la compañía incumplió sus guías para el ejercicio. Ello, como precisa Ángel Pérez, porque se anotó nuevos sobrecostes en un hospital de Chile y por el último ere realizado por el grupo.
Pero estos últimos números no fueron una excepción dado que, como apunta Amador, «los resultados de la empresa no acompañan desde hace muchos trimestres». Como precisa Ángel Pérez, los suyos ya son dos años con beneficio bruto de explotación (ebitda) negativo. «La compañía ha cumplido con sus planes de desinversiones, pero no con el negocio recurrente. Con éste último aún tiene mucho que demostrar», asegura Amador. De hecho, la empresa, cuando ha reaccionado al alza en bolsa, ha sido por operaciones corporativas, no (o muy pocas veces) por sus resultados. En los últimos, según apunta Amador, falló en la generación de caja, que fue muy débil, cuando los cuartos trimestres suelen ser favorables para este tipo de compañías. De ahí que Garbisu señale que, en el fondo, el que tiene OHL es un problema de confianza: no la genera entre la comunidad inversora.
Hay algunas cuestiones que pueden apoyar a la compañía: la venta del negocio de concesiones, que le deja con la actividad constructora como la esencial del grupo, con proyectos importantes, como señala Pérez, en Estados Unidos, donde está muy bien posicionada. También, la propia desinversión del negocio de infraestructuras que culminará durante el próximo mes y que, como señala Garbisu, elimina su deuda, con la consiguiente posible mejora de su calificación crediticia, y le deja en una situación de caja neta de 1.300 millones de euros, como recuerda Antonio Aspas, de Buy & Hold, cuando ahora mismo capitaliza 1.100 millones, lo que le hace pensar que es una opción interesante de inversión, puesto que estaría valorada a «cero» su actividad constructora. En este sentido, para Ignacio Cantos, sólo por ese volumen de caja, tendría que valer 6 euros por acción, cuando ahora mismo no llega a los 3,90 euros.
Bien es verdad que, como apunta Jesús Amador, el catalizador que sería el cierre de la venta de la filial de concesiones puede venir acompañado del reparto de un dividendo extraordinario, dado que el negocio de construcción necesita menos financiación que el de concesiones. En todo caso, Amador señala que no es suficiente incentivo para invertir en la compañía.
A la empresa podría ayudarle, dice Garbisu, la presentación de su plan estratégico el próximo mes de abril. Puede favorecerle saber qué en concreto va a hacer con su negocio de construcción.
De todas maneras, Ángel Pérez sólo aconseja este valor a los inversores menos aversos al riesgo. Y, en todo caso, mantener, nunca comprar.
Sacyr: menos pérdidas
Sacyr capitaliza 1.200 millones de euros, es decir, poco más que OHL. Pese a estar en negativo como las tres anteriores compañías, apenas cae un 5 por ciento en el año. En opinión de Jesús Amador, porque sus últimos resultados han sido buenos, al moderar la caída de la actividad constructora y al contar con una cartera que es cada vez más internacional. Ignacio Romero, de Banco Sabadell, destaca, asimismo, que haya batido en márgenes en el área de construcción, así como la contribución de la obra de Pedemontana, en Italia. En cuanto al resto de divisiones, como industrial y concesiones, Romero señala que cumplió expectativas. En conjunto, el analista del Sabadell señala que la compañía registró una mejora de sus fundamentales el año pasado, pero en su opinión ya está descontado en el precio, aunque todavía le ve potencial alcista.
Amador añade que hay que tener en consideración su gran dependencia de Repsol, puesto que cuenta con una participación de más del 8 por ciento. Para Ignacio Cantos, lo que le penaliza es seguir contando con un elevado nivel de deuda.
FCC: la única en verde
FCC es, por el momento, la mejor compañía del sector en España. Jesús Amador considera que le ha beneficiado estar expuesta a mercados emergentes y que descuente una mejora de la contratación en América Latina debido a la influencia que en el área tiene uno de sus principales accionistas, el multimillonario mexicano Carlos Slim. Además, no hay que olvidar que cotizó muy bien la noticia de que negocia la venta de un 49 por ciento de Aqualia al fondo IFM Global para reducir su nivel de endeudamiento, además de su vuelta a los beneficios tras cinco años consecutivos de pérdidas. Pero después de esas noticias, las recomendaciones que ha cosechado no han sido muy favorables: dos neutrales y dos de venta. Y ya cotizaría de acuerdo con la valoración del consenso. Amador echa de menos un plan estratégico en la compañía, para tener más claros cuáles son sus objetivos.
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