Abengoa incumple los requisitos para el rescate del Estado
Abengoa carece de las condiciones que exige la SEPI para conceder ayudas a las empresas en riesgo de quiebra, salvo una fundamental: se la puede considerar empresa estratégica
Abengoa incumple los requisitos para el rescate del Estado puesto que la SEPI podría esgrimir que su situación de insolvencia es anterior al Covid-19, que su viabilidad no es clara y que la intervención del Estado no sería temporal.
La compañía sevillana habría abierto la opción de un rescate estatal y barajaría la opción, según publicó El Confidencial. Pero al igual que sucede con el ICO y Cesce, la dificultad es extrema. Al igual que estos dos organismos, la SEPI puede argumentar que la situación crítica de Abengoa es previa al coronavirus y, por tanto, no habría lugar a la ayuda.
Además, según los parámetros del fondo de 10.000 millones, 3.000 se liberarán este año, y Abengoa tendría una difícil tarea para justificar una inyección de capital.
Sector estratégico
El fondo está destinado, principalmente, a compañías de los sectores de seguridad, salud, infraestructuras, telecomunicaciones o aquellas empresas cuyo negociado contribuya al correcto funcionamiento de los mercados.
Abengoa sí entraría en este espectro, pero también existen otras compañías críticas que son susceptibles a la prima inyección de capital y que podrían estar por delante de la sevillana.
Tal es el caso Iberia y Vueling, donde además del Estado es accionista mayoritario. Por otro, el Estado ya sufre pérdidas de más del 50% en la compañía por su intervención en su reestructuración de 2017.
Bien es cierto que otras cotizadas como Meliá también podrían recibir la ayuda sin estar encuadrada en dichos sectores, pero sí se puede calificar al turismo como un sector crítico al representar más del 10% del producto interior bruto.
Por el lado del empleo, la mayoría de los trabajadores de la ingeniería están fuera de España pues solo 2.500 de los 14.500 están el país.
Una ayuda temporal
El objetivo de estas ayudas son una inyección temporal de liquidez que ayude a las empresas a capear el temporal hasta la vuelta la normalidad. En el fondo, el mismo objetivo que los 100.000 millones en créditos a través del ICO.
Es más, el Estado exime de la obligatoriedad de lanzar una oferta pública de adquisición, aunque la ayuda supere el 30% del capital social de la empresa rescata. Un hecho que por sí solo explica el poco deseo de la Moncloa de tener que hacerse cargo de empresas en riesgo.
La compañía dirigida por Gonzalo Urquijo necesita una ayuda constante, un apoyo perpetuo de futuro con accionistas de referencia para reconstruir la empresa por tercera vez en cuatro años.
Por tanto, Abengoa no se encuentra en un bache circunstancial que la pueda llevar a la quiebra sino en una situación de completa insolvencia con un pasivo de más de 400 millones de euros con unas pérdidas de 517 millones en las últimas cuentas presentadas.
En el momento en que se lanzó a solicitar la ayuda del ICO, de Cesce y de la banca y los fondos acreedores comunicó que apuesta por un plan muy a largo plazo, hasta 2028 ya que espera, a corto plazo, una reducción de ventas, caja y ebitda del 25%.
Aunque también señaló que el Covid-19 es el causante de la puntilla final para el negocio y que ejerce una presión extrema en las regiones de mayor relevancia para el grupo: América Latina, África y Oriente Medio.
Plan de viabilidad
La SEPI estará dispuesta a ayudar a aquellas empresas que presenten una viabilidad clara de negocio y, en cambio, Abengoa, tiene un abanico de propuestas para evitar la quiebra y ninguna convence aún a los acreedores.
Solicita al ICO 250 millones de euros, a Cesce una línea de avales de 330, al Santander y KKR que queden con el control completo de la compañía a cambio de asumir la situación actual y a toda la banca acreedora quitas que podrían llegar hasta el 90% para una deuda de 3.000 millones si les hace entrega de Abenewco 1, el vehículo donde aglutina sus activos de mayor valor y que ostenta saldo positivo.
Banco Santander, KKR, Signature, Alden, Blue Montain, BBVA, Caixabank, Bankia, Bankinter y Crédit Agricole son los principales acreedores, pero no todos se juegan lo mismo.
Banco Santander sería el mayor interesado en la viabilidad de la compañía puesto que es máximo accionista y tenedor de deuda. Por tanto, es el que más tiene que perder y el que asumió la voz cantante en las negociaciones con la dirección.