Los minoritarios de Abengoa se negaron a comprobar el estado financiero del grupo
La compañía les ofreció las cuentas y documentación actualizada, pero Abengoashares se negó esgrimiendo que no firmarían un acuerdo de confidencialidad
Abengoa llamó a la cúpula de Abengoshares a principios de enero y les ofreció una reunión en la cual les descubrirían el estado financiero del grupo a cierre de 2019, la documentación manejada por el consejo de administración con los acreedores y los informes de las auditorias.
A cambio, la cúpula de los minoritarios debía acceder a firmar un documento de confidencialidad, un NDA por sus siglas en inglés, en el que se comprometían a no desvelar nada de lo visto en los papeles y no hacer público lo hablado en la reunión con el presidente de Abengoa, Juan Pablo-López Bravo, y la consejera de la sociedad, Margarida de la Riva.
Así lo relatan fuentes de la compañía a finanzas.com y añaden que la negativa de los líderes de los pequeños inversores fue clara y contundente: “En ningún momento hicieron amago de sentarse con los responsables”, relatan estas fuentes.
Abengoashares reconoce el contacto
Desde la sindicatura de accionistas reconocen este acercamiento por parte de la empresa y también afirman que se negaron a firmar un NDA pues su intención era hacer pública a toda la sindicatura lo sucedido y visto en el encuentro.
[related:2]
Pese a ello, matizan lo expuesto por la sociedad: “Es cierto que nos quisieron enseñar las cuentas y situación de las negociaciones”, pero, según su argumento, “nos seguían negando los informes de KPMG y PwC que era lo que realmente queríamos ver”.
Abengoashares lleva más de seis meses de actividad reclamando, más allá de una reformulación de la reestructuración, conocer el estado financiero del grupo y los motivos por el cual se debía acometer el plan de resscate anunciado el pasado 6 de agosto.
Blindaje judicial
Ahora señalan que “las cuentas de 2019, aunque sin auditar, ya eran conocidas y publicadas por la empresa, por lo que para ver más no hubiese sido necesario firmar una confidencialidad”.
Remarcan que la dirección de la sindicatura está “al servicio del 17% de los accionistas de Abengoa, la mayoría del capital social, y cualquier acontecimiento de esta índole debe ser comunicado y compartido con las bases”.
Con todo, aseguran que este movimiento por parte López-Bravo y Margarida de la Riva “era, simplemente, para blindarse judicialmente ante las posibles demandas que les pueden llegar por no cumplir con el mandato de Abengoashares cuando fueron nombrados”.
La actual cúpula de los minoritarios
Después de la división producida en los minoritarios tras el rechazo del acuerdo logrado por Marcos de Quinto con los acreedores, los líderes de la plataforma, hasta ese momento compuesto por un consejo de 15 miembros, quedó diluido.
El motivo fue que 9 de los 15 miembros aceptaron la propuesta de De Quinto, en aquel entonces candidato a la presidencia de la multinacional por parte de la asociación, pero los 6 en contra decidieron que se debía consultar con las bases y el 55% de ellas lo rechazaron.
Es Clemente Fernández, actual candidato de Abengoashares a tomar el control de la compañía de ingeniería, quien rearma la estructura, forma la sindicatura y coloca en su dirección a dos hombres de su confianza más un tercer miembro de la anterior directiva.
Los nombres de todos ellos no terminan por aclararse, aunque Manuel Figuerola sí saltó a la palestra como portavoz del grupo tras la nueva estructuración. Por debajo de los tres referentes, se colocan otros 25 accionistas que son los encargados de coordinar, aglutinar y comunicar a los sindicados las decisiones de la dirección.
Abengoa cambia de estrategia
Abengoa decide poner negro sobre blanco respecto a su relación con estos inversores después de enviar el viernes el estado financiero del grupo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
A este movimiento se le sumó el lunes un nuevo envío al supervisor en el que, a través de una documentación de más de 20 folios, desgranaba los movimientos del actual consejo, nombrado por los minoritarios, y respondía con firmeza a Abengoashares.
Acusaba a estos inversores de tener “incentivos personales” en sus objetivos, y les auguraba “responsabilidades penales” al acusarles de que, en caso de no lograr la reestructuración, ser ellos los culpables.
Así, señalaban que tanto López-Bravo como De la Riva cumplieron con lo pedido por los minoritarios en cuanto a conocer el estado de la empresa y que, tras ver las situación del grupo, haber ido en contra de plan establecido por el anterior consejo, el de Gonzalo Urquijo, hubiese supuesto atacar los intereses de la empresa con lo que ello suponía penalmente para todas las partes.