Los inversores españoles doblarán su apuesta por los activos alternativos privados
La necesidad de diversificar las carteras y aumentar la rentabilidad duplicará la inversión en capital privado, deuda privada e inmobiliario
El peso de los activos privados en las carteras de inversión españolas pasará del 2,8% al 5,2% en un plazo de tres a cinco años debido a la necesidad de diversificar las carteras y de obtener mayores retornos.
Este incremento porcentual equivale a pasar de un volumen estimado actual de 15.000 millones de euros invertidos en estos activos por planes de pensiones, aseguradoras, banca privada y family offices, hasta alcanzar 28.000 millones de euros.
Así se desprende del estudio sobre ‘Inversores de fondos alternativos en mercados privados’ elaborado por Natixis Investment Managers, que mide la evolución de la inversión en activos privados en España, entre los que destacan capital privado, deuda privada, activos inmobiliarios y de infraestructuras.
Según Sophie del Campo, directora general de Natixis IM Iberia, Latam y US Offshore, en el actual escenario de incertidumbre, volatilidad, tipos de interés bajos y rentabilidades limitadas en muchas clases de activos, “la necesidad de diversificación, descorrelación y obtención de mayores retornos puede proporcionar un impulso decisivo a los activos alternativos”.
A pesar del interés creciente por los activos privados existen frenos que limitan su expansión en las carteras españolas. Entre ellos destacan las limitaciones regulatorias, el horizonte extenso de la inversión, la iliquidez, su carácter novedoso y una importante fragmentación del mercado.
Family office, los más interesados
Dentro de los grupos de inversores los family office son los que más invierten en activos privados. Así lo reconoce Sergio Míguez, socio y director general de Alternative Ratings, para quien la inversión en estos activos no es homogénea entre los distintos tipos de inversores, “es el segmento que engloba a las family office el que presenta un mayor grado de avance en su asignación a activos privados”.
El estudio prevé que el capital invertido en estos activos por el segmento de family offices, multi-family offices e independientes llegue a representar un 12,1% del total de sus carteras en un plazo de tres a cinco años, frente al 8,9% actual.
Sus principales motivaciones para invertir en ellos son la diversificación, la búsqueda de rentabilidad adicional, una gestión activa y la sustitución potencial de activos en cartera.
Banca privada
La banca privada también está apostando por la inversión en activos privados y pasarán del 2% que ahora representan en sus carteras al 4% en un plazo de tres a cinco años, según indica el estudio.
Entre las razones para invertir en ellos destacan la mejora de la oferta de producto y la ligazón de este tipo de inversiones con la economía real.
En España, el 100% de la banca privada ofrece fondos de capital privado, si bien las subcategorías de inmuebles e infraestructuras de renovables están ganando atractivo en el sector.
En el caso de las compañías de seguros, la asignación a estos activos en términos de importes comprometidos es del 1,2% de la cartera y la previsión del informe es que se eleve al 3,6% en los próximos 5 años.
Planes de pensiones
En estos vehículos de ahorro finalista hay una gran disparidad respecto a la inversión en activos alternativos privados.
En los planes de empleo los activos privados suponen el 6,8% del capital comprometido y crecerán hasta el 11,6% en el horizonte contemplado en el estudio.
Un porcentaje muy superior al de los planes de pensiones individuales en que las limitaciones regulatorias hacen que el peso de estos activos sea marginal.
A juicio de Jorge Ferrer, socio de finReg 360, son las cuestiones regulatorias y fiscales los factores determinantes para los inversores españoles en activos privados, por lo que “las entidades deben analizar con cautela estos factores, así como su estrategia de distribución a la hora de seleccionar el vehículo más adecuado”.
El activo preferido en el caso de los planes de empleo es el capital privado, que está presente en un 80% de las carteras. Otros, como la deuda privada, están creciendo “considerablemente” en los últimos años, según el informe.
Limitaciones para los minoristas
También existe una demanda creciente de estos activos por parte de los inversores minoristas, pero hay limitaciones a la distribución de dichos vehículos, de manera que los AIF (Alternative Investment Funds) extranjeros son solo accesibles a inversores profesionales.
Por lo que según el estudio hay que avanzar legislativamente en la flexibilización de la comercialización de estos vehículos de inversión para que los minoristas, “con las protecciones necesarias, puedan acceder con más facilidad a activos privados que les permitirían diversificar su cartera y obtener rendimientos sin correlación con el mercado”.
Tendencia global
El impulso de los activos privados no es una tendencia exclusiva de España, se trata de un fenómeno de carácter global. A nivel mundial, en los últimos 10 años la cifra de capital comprometido en estos activos se ha multiplicado casi por tres, pasando de 323.000 millones de euros en 2009 a 894.000 millones en 2019.