Los minoritarios de Abengoa instan al Gobierno a negociar con su candidato
Abengoashares da por hecho que Clemente Fernández tomará las riendas de la compañía declarada en quiebra y pide a Moncloa que negocie con el futuro consejo de administración
La sindicatura de accionistas minoritarios de Abengoa, Abengoshares, solicita al Gobierno que se siente a negociar con el consejo de administración que se nombre en la próxima junta extraordinaria accionistas del 3 o 4 de marzo.
Es decir, que el Ejecutivo se siente a la mesa con Clemente Fernández, su candidato a presidir el grupo, pues descuenta que ganará la junta con un 20% del capital social, según adelantó finanzas.com.
Fernández ha intentado en varias ocasiones contactar con los ministerios de Economía e Industria para iniciar negociaciones.
Su principal objetivo, tal y como adelantó este portal, fueron con el Ministerio de Industria y su responsable, Reyes Maroto, al entender que era el organismo competente clave para la evolución del negocio de la ingeniera.
Compromiso más allá del Estado
Sus contactos nunca han llegado hasta las cotas más altas en los dos ministerios, pero Fernández siempre ha señalado que con la ayuda pública, 230 millones a través del ICO y 300 millones desde CESCE, únicamente se salvaba la quiebra.
Para el expresidente de Amper estas inyecciones, aunque fundamentales, no permitían al grupo crecer hasta nuevas cotas apostando por un negocio más ambicioso.
Por ello, la idea de introducir en el accionariado a un fondo de inversión extranjero se antoja vital para que este accionista sea también el socio de Abengoa en la adjudicación y ejecución de contratos que permitiesen a la multinacional superar los 2.000 millones al año en esta parcela.
Contacto con la empresa
Mientras llega la junta extraordinaria, Abengoashares informa de que Fernández ya ha mantenido reuniones con diferentes comités de la empresa en el que se les ha planteado diferentes escenarios para la sociedad una vez declarada la quiebra.
“Se las ha transmitido tranquilidad en base a la experiencia de situaciones especiales que tiene el señor Fernández”, explican en un comunicado publicado tras declararse la sociedad en concurso de acreedores.
El caso es que Fernández, tenedor de 10 millones de acciones de Abengoa, ya formó una sindicatura en 2009 en Dogi hasta alcanzar el poder y desarrolló una estrategia similar en Amper que culminó con su nombramiento como presidente.
Responsabilidades al consejo
Abengoashares ya pidió formalmente responsabilidades al consejo actual presidido por Juan Pablo López-Bravo y con Margarida de la Riva Smith como consejera por continuar con el plan de reestructuración desarrollador por el anterior presidente, Gonzalo Urquijo.
La sindicatura insiste en que fue una traición que no se nombrase a Fernández como presidente y no se cumpliese la hoja de ruta puesta por los minoritarios, los cuales les auparon al poder.
De nuevo, insisten en el comunicado, acusan a López-Bravo de negarse a negociar un nuevo acuerdo para los proveedores y accionistas. Por ello, creen que han deteriorado más la situación del grupo dejándola en manos de personal sin experiencia en este tipo de situaciones.
Abengoa apuntaba a la quiebra
La plataforma defiende que sigue estando vigente la estrategia de Fernández que incluye, además del socio inversor, una ampliación de capital de hasta 30 millones de euros con preferencia para los accionistas con la que desalojar a la banca, el Santander principalemente, del accionariado.
La quiebra de Abengoa ya estaba contemplada por el grupo. Con una deuda de 388 millones de euros y un pasivo de 153 millones estaba en causa de disolución que fue ejecutada ayer por el consejo.
Según el plan de reestructuración, el objetivo era salvar a Abenewco 1, la que aglutina todos los activos y empleados, y ese objetivo de mantiene. La cuestión es que al quebrar Abengoa los accionistas se quedan sin participación en la nueva matriz.
El rescate estipulaba que en caso de salvar el pasivo optaban a una participación del 2,7% en la nueva cabecera, algo a lo que Abengoashares se niega y pretende tomar una posición de control.
