¿Qué hacer con la renta fija en un momento de repunte de los tipos?
Los analistas creen que los intereses de los bonos seguirán al alza y se inclinan por plazos cortos y por títulos flotantes
Como en el arranque del año y tras una tregua que coincidió con el inicio de la primavera, los tipos de los bonos han vuelto a subir con fuerza, para rebasar, por primera vez desde principios de 2014, el 3% en el caso del diez años americano. Y ello ha vuelto a provocar volatilidad en la Bolsa. Este reciente impulso en las rentabilidades de los bonos ha tenido que ver, según José María Valle, de Ahorro Corporación, con el temor a que la subida de las materias primas provoque más inflación. El encarecimiento de las 'commodities' no responde a una aceleración del crecimiento (los datos recientes sugieren desaceleración), sino a los aranceles y a las sanciones a Rusia. Así, a su juicio, mientras estos factores no se agudicen, el temor a un aumento brusco de las expectativas de inflación y de los tipos debería ser limitado.
Aunque, pese a todo, al margen de las distorsiones que puede generar la guerra comercial, la senda alcista en los intereses de la deuda está marcada: «En EE.UU. creemos que es probable que la Fed suba los tipos cuatro veces este año, algo que sólo está parcialmente recogido por el mercado, por lo que creemos que el tipo a diez años podría seguir subiendo hasta niveles cercanos al 3,25%», afirma Valle. En la zona euro, el interés del diez años seguirá al alza, hasta el entorno del 1% en el caso del título alemán.
Borja Gómez, de Dunas Capital Inverseguros, también se centra en las expectativas de inflación, en particular de la americana, para explicar el repunte de los intereses de los bonos. Afirma que cuando los tipos de la deuda se relajaron fruto de los riesgos que afloraron en los mercados, las expectativas sobre la evolución de los precios apenas aflojaron. Asimismo, señala que el mercado por fin comienza a descontar no ya la próxima subida de los tipos de interés de la Fed, como ha venido ocurriendo hasta el momento, sino que se ha iniciado un proceso de paulatino incremento del precio del dinero. Gómez cree que la deuda a dos años ya recoge los tres incrementos del interés oficial que considera que realizará la Fed. El que aún no habría descontado este escenario sería el diez años, que debería llegar al 3,20%.
El rendimiento de los bonos americanos no se iría más arriba de esos niveles, según Gómez, porque la Fed aún cuenta con un balance muy grande y porque puede aflorar demanda de deuda americana a medida que los intereses se eleven. De hecho, esta semana se ha comentado que había inversores esperando que el rendimiento del título estadounidense alcanzara el 3% para comprar. Pero Gómez apunta que el comportamiento de los activos de riesgo puede condicionar la evolución de la deuda: si los primeros caen, si se ponen nerviosos, la subida del rendimiento de la segunda puede remitir, pero para a continuación retomar la senda alcista.
Paul Brain, jefe de renta fija en Newton, parte de BNY Mellon IM, reflexiona: «No creemos que haya nada mágico en el nivel del 3%. Con la Fed aún buscando subir los tipos y la inflación repuntando, esperamos que los rendimientos sigan subiendo hasta que haya evidencias de que el endurecimiento monetario tiene un efecto en la economía. Con el crecimiento impulsado temporalmente por el estímulo fiscal, tendríamos que esperar hasta el tercer o el cuarto trimestre para obtener pruebas de que la Fed ha hecho lo suficiente».
Germán García Mellado, de Merchbanc, comenta que los bonos americanos ya recogen gran parte del ciclo completo de las subidas del precio oficial de la Fed, que dejarían a éste en el entorno del 3,25-3,5% en 2020. Pero también señala que en Europa hay un mayor margen de subida de los intereses. Así, para final de año, sitúa el rendimiento del bono americano en el 3,25%, pero cree que el alemán llegaría al 1,25% y el español, al 2%. La prima de riesgo de España, afirma García Mellado, podría ampliarse una vez que el BCE acabe con las compras de activos, algo de lo que aún se duda si sucederá en septiembre o en diciembre.
Didier Saint-Georges, miembro del comité de inversión de Carmignac, ofrece otra interpretación sobre la evolución de la deuda americana: "El aumento de los rendimientos en Estados Unidos no responde directamente a un incremento de la inflación o a un sobrecalentamiento de la economía. Se debe a una variación de gran calado en el equilibrio de la oferta y la demanda. El Tesoro estadounidense necesita refinanciar cantidades masivas de bonos a corto plazo, y el creciente déficit presupuestario impulsa las emisiones de bonos a largo plazo, y ya no se puede contar con un banco central dispuesto a comprar a cualquier precio. Los mercados están pasando de tener que lidiar con un problema de exceso de ahorro al de un exceso de emisiones".
¿Qué hacer con la renta fija?
¿Qué estrategia adoptar con la renta fija? Gómez aconseja duraciones cortas sobre todo en EE.UU., pero también en Europa. Y cree que tienen sentido los bonos flotantes o los ligados al libor o al euribor. Además, afirma que para el inversor a vencimiento, para quien es capaz de olvidarse de la volatilidad a corto plazo, sigue habiendo rentabilidades y emisores moderadamente atractivos. Pero apunta que hay que tener mucho tino a la hora de elegir: apuesta por una estrategia 'value' de renta fija, es decir, que ayude a descubrir emisores que no vayan a dar sustos.
Vega apuesta por los flotantes y añade subordinados y convertibles con la 'call' cercana. Señala que en los emergentes puede haber oportunidades: ahora, salvo por los riesgos políticos puntuales, las divisas están tranquilas (aunque el inversor ha de saber que puede haber volatilidad con las monedas -ese riesgo en este tipo de mercados está siempre latente- y el conservador puede no llevarlo bien). Respecto al presunto atractivo que pueda tener la deuda americana, señala que hay que tener en cuenta que prevé que el dólar se debilite hasta niveles de 1,28 contra el euro y recuerda que las coberturas son bastante caras, tanto, que anularían la potencial rentabilidad que se pueda obtener invirtiendo en las emisiones del Tesoro americano.
Con esta última idea discrepa Eugene Philalithis, gestor del Fidelity Global Multi Asset Income Fund, que afirma: "Con unos rendimientos en el 3%, creo que los bonos del Tesoro de EE.UU. son atractivos para los inversores, que deberían estar estudiando cómo diseñar exposiciones defensivas para proteger sus carteras". Y añade: "Puede resultar provechoso añadir duración a las carteras multiactivos en puntos de entrada como estos a partir de ahora".
Valera cree que lo mejor es delegar en un buen gestor, en un producto que esté siendo capaz de proporcionar rentabilidad, analizando bien a qué se debe su rendimiento. Comparte, asimismo, alguna de sus ideas: emisores privados que pueden desapalancarse y que den retornos de alrededor de un 5% y da nombres españoles como CaixaBank, Ibercaja y OHL. Insiste en la confianza que le da la banca española, porque está muy capitalizada, lo que le proporciona un "confort bárbaro".
En renta fija corporativa, García Mellado apuesta por la americana con la divisa cubierta y de emisores senior que proporcionen un diferencial suficiente como para que sea posible asumir el coste de la cobertura. Se queda, en EE.UU., con sectores como 'telecos', autos, banca y consumo; mientras que en Europa escoge subordinados bancarios y corporativos no perpetuos, flotantes y high yield con vencimientos cortos. Asimismo, este experto considera que niveles del 0,80% del bono alemán pueden ser atractivos.
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